La activista Jazz Bustamante se encuentra en huelga de hambre hasta que la Fiscalía la reciba y atienda los crímenes de odio en Veracruz.

Jazz Bustamante inició una huelga de hambre este jueves. Para terminarla, sólo pide dos cosas: que la reciba la Fiscalía de Veracruz y que se cree un protocolo para clasificar las agravantes por crímenes de odio establecidas en el Código Penal.

Y es que en México la violencia contra integrantes de la comunidad LGBT+ continúa en aumento junto con la impunidad. Tan sólo en las últimas dos semanas se registraron cinco crímenes de odio en cuatro diferentes estados.

En este contexto, Jazz Bustamante contó a Homosensual por qué tomó la decisión de iniciar una huelga de hambre y cómo se siente en las primeras horas de su protesta.

«Es la última vía»: Jazz

A punto de cumplir 24 horas de ayuno, Jazz comenta que se encuentra estable. Un amigo suyo que es enfermero monitorea sus signos vitales, que ya disminuyeron en comparación con el día anterior. Sin embargo, intenta no hacer actividad física para ahorrar energía.

El detonador para que Jazz Bustamante decidiera iniciar esta huelga de hambre es el transfeminicidio de Brandy, asesinada junto a su madre el pasado 26 de agosto en el municipio de Puente Nacional. A Brandy le infligieron más de 30 puñaladas, la degollaron y le desfiguraron el rostro. Sin embargo, su caso no es aislado: en lo que va de 2020 ya son 19 las personas de la comunidad LGBT+ asesinadas en Veracruz. Y todos los casos se encuentran en la impunidad.

Ante esta situación, Jazz explica que la huelga de hambre es un último recurso para suscitar la respuesta de la Fiscalía, pues las autoridades no han respondido a los acercamientos institucionales ni a otro tipo de manifestaciones, como marchas, carteles o pintas:

«Es una protesta política. Es una protesta como última vía porque hemos intentado por muchas formas acercarnos a la Fiscalía General del Estado y trabajar con ella. Ya buscamos la vía institucional, oficio tras oficio, con la CNDH, la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Conapred, incluso diputadas federales y locales, y la Organización de las Naciones Unidas. Hemos hecho mucha interlocución y hemos hecho mucha incidencia para que se creen protocolos de actuación para identificar las agravantes. Sin embargo, han sido nulos estos esfuerzos».

Los protocolos necesarios

En 13 estados del país, los códigos penales contemplan agravantes a los delitos cometidos en razón de la orientación sexual o identidad de género de las víctimas. Sin embargo, Jazz comenta que a pesar de ello, las autoridades no registran estas agravantes. La huelga de hambre de Jazz Bustamante es una forma de visibilizar esta problemática que conduce a la impunidad:

«Es muy importante que los colectivos de la diversidad sexual y los defensores de derechos humanos exijamos que se aplique la ley. De nada sirve que la ley esté ahí y no se aplique y eso nos lleve a una impunidad terrible y a una omisión de las autoridades. Cuando hay una reforma al Código Penal de los estados y se publica en la gaceta oficial, las instituciones públicas por ende deben aplicar esos marcos normativos. Sin embargo, no está ocurriendo».

En opinión de la activista, sólo hay dos explicaciones para esta omisión de las agravantes por crímenes de odio: «O las autoridades no lo quieren aplicar, o no conocen la ley». 

Concediendo que el problema pudiera ser el desconocimiento de la ley, Jazz Bustamante exige a través de su huelga de hambre que se cree un protocolo para identificar en qué casos son aplicables las agravantes por la orientación sexual e identidad de género de la víctima. ENTÉRATE DE CÓMO SE SANCIONAN LOS CRÍMENES DE ODIO EN CADA ESTADO.

Dicho protocolo, comenta, debe definir claramente los conceptos de orientación sexual, identidad de género, expresión de género e identidades no normativas. Asimismo, debe establecer cuándo puede atribuirse un crimen a alguna de estas condiciones de la víctima. E incluso debe incluir un acercamiento con los familiares de las víctimas. INFÓRMATE AQUÍ SOBRE LAS CARACTERÍSTICAS DE UN CRIMEN DE ODIO.

Visibilidad de los casos

Para entender qué motivó a Jazz Bustamante a iniciar una huelga de hambre hay que conocer el contexto que vive la comunidad LGBT+ en Veracruz. 

Antes del transfeminicidio de Brandy, unos secuestradores mataron a Juan Carlos, un estilista gay, a pesar de que sus familiares pagaron el rescate. A Cirilo Lara, también estilista, lo apuñalaron afuera de su negocio. A Denisse Torres, una mujer trans, la mataron a puñaladas en su propio domicilio. Y a Anel, otra mujer trans, la acribillaron en su negocio. CHECA CÓMO ESTÁ LA SITUACIÓN PARA LA COMUNIDAD LGBT+ EN VERACRUZ.

A través del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio, Jazz documenta todos estos asesinatos. Para ella, cada caso implica una afectación emocional que la hace pensar en abandonar el país y aceptar alguna de las ofertas de trabajo que tiene en el extranjero. Sin embargo, se mantiene en pie de lucha:

«Lo creo necesario porque necesitamos una mirada nacional e internacional sobre lo que está sucediendo en Veracruz y lo que está sucediendo en México. Si bien en Veracruz hay 19 casos, también hay otros casos en Jalisco, como el de Jonathan Santos o el de Julie Torres».

Una vida en manos de las autoridades

Además de su labor en el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio, Jazz realiza labores filantrópicas. Entrega despensas a personas de la comunidad LGBT+. También visita a personas de la tercera edad en asilos y hospitales, y hace colectas de ropa para personas necesitadas. AVERIGUA POR QUÉ VERACRUZ ES EL ESTADO MÁS PELIGROSO PARA LA POBLACIÓN LGBT+.

Hasta el momento, ninguna autoridad ha establecido contacto con Jazz para atender sus peticiones. Y ella no piensa dejar su huelga hasta que le confirmen una cita en la Fiscalía.

Hoy, ante esta huelga de hambre, la vida de la activista Jazz Bustamante depende de la fiscal de Veracruz, Verónica Hernández. De ella depende que otra omisión de las autoridades no le cueste la vida a otra integrante de la comunidad LGBT+.