viernes, marzo 29, 2024

Oficial mayor de CNDH llama «maricón» a víctima de tortura

El oficial mayor de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Ángel Gómez Garza, amenazó con golpiza y llamó «maricón» a Óscar Kábata, quien fue víctima de tortura física, sexual y psicológica a manos de militares del Operativo Conjunto Chihuahua.

En video, Óscar Kábata, joven que fue detenido y torturado por el Ejército en Chihuahua a los 17 años, documentó el momento en el que el oficial mayor de la CNDH, Ángel Gómez Garza, le gritó «maricón» mientras lo amenazaba de una golpiza. Al principio, Kábata denunció que recibió «una putiza».

Acto seguido, el oficial mayor de la CNDH, acompañado de otros 3 sujetos, continuó con la agresión. «Y la que te voy a dar», sentenció. Según reportó el portal Emeequis, el hecho sucedió el 21 de diciembre de 2021 al exterior de las instalaciones de la CNDH, organismo presidido por María del Rosario Piedra Ibarra.

Sin embargo, el video fue dado a conocer hasta el 24 de enero de 2022. En entrevista con Emeequis, Óscar Kábata comentó que se encontraba en CDMX para manifestarse y pedir resolución a su caso. Según contó, las agresiones físicas fueron cometidas por 4 personas que laboran en dicha instancia.

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Ángel Gómez Garza (camisa blanca), funcionario de la CNDH / Foto: Twitter (@RuidoEnLaRed)

Detalles de las agresiones del personal de la CNDH

Óscar Kábata únicamente dio el nombre de Ángel Gómez Garza, oficial mayor de la CNDH que lo retó bajo el insulto homofóbico «maricón». No obstante, la violencia estuvo presente desde el principio. De acuerdo con su testimonio, al momento en el que llegó al edificio se le trató con hostilidad. «Me empezaron a decir malas razones: “¿A qué vienes, pendejo?”», introdujo el afectado. Posteriormente, el personal presente en las oficinas lo empujó, golpeó e insultó.

«Se abre la puerta y me voy para atrás. En eso sale alguien de ahí. Me empuja y dice: “¡Chíngueselo!”. Y me empiezan a golpear entre los 4, 2 de ellos me pisan para que no me pueda mover ni correr. Me empiezan a golpear en la cara y en todas partes».

Por la rapidez y magnitud de las agresiones, Óscar Kábata dijo no recordar ni ubicar a los funcionarios. Solo identificó el nombre de Ángel Gómez Garza, oficial mayor de la CNDH al que se escucha decirle «maricón». De los otros solo tiene presente que uno es jefe de seguridad interna del organismo.

No es la primera ni única vez

Sumado a la violencia ejercida en su contra, Kábata denunció un segundo acto irregular por parte de la CNDH. Cuando lo contactaron, le ofrecieron $10,000. Lo comentó con su abogado, quien le aconsejó que aceptara el dinero. Días después, llegó a un acuerdo con la instancia.

No obstante, decidió continuar con el proceso legal. La amenaza de la golpiza y emisión del insulto homofóbico por parte de la CNDH no es la primera ni única vez en la que Óscar Kábata y sus seres queridos han sido violentados en su búsqueda de justicia. El 4 de febrero de 2021, su madre, Laura Kábata, recibió golpes por parte del cuerpo de policías. Al momento de la agresión se encontraba en una protesta pacífica en la Secretaría de Gobernación (Segob).

Contexto: ¿quién es el joven al que el oficial mayor de la CNDH amenazó y llamó «maricón»?

Óscar Kábata es un sobreviviente de los abusos y la impunidad del Estado. Es uno de los hombres que, pese al dolor físico y emocional, ha plantado cara a la negligencia de las autoridades. En 2021 instaló un campamento frente a la Secretaría de la Defensa Nacional. ¿La razón? Exige justicia por él y su amigo Víctor Manuel Paca Prieto, quien fue asesinado a manos de los militares.

Además de esperar una respuesta por parte de la CNDH y la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), se manifestaba en contra de que Felipe de Jesús Espitia, general a cargo del Operativo Conjunto Chihuahua en ese momento, continuara como si nada. Ya en la gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador, el general conservaba un puesto que le brindaba un sueldo de $115,000 mensuales. Era coordinador de asesores en el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas. Posteriormente, alcanzó una jubilación de $74,577 al mes. Esto, además de gozar de la libertad. A Espitia no solo lo rodeaban acusaciones de tortura. El homicidio también se encontraba en su historial.

La historia de Óscar y Víctor

Como se ha documentado durante más de una década, Óscar Kábata y Víctor Manuel Paca Prieto fueron detenidos de manera ilegal. El 26 de febrero de 2009, los jóvenes salieron a comprar un hot dog. Estaban en el estacionamiento del negocio cuando soldados a bordo de camionetas pick-up se acercaron de manera abrupta. Iban cubiertos con pasamontañas y armados.

Tan pronto se acercaron a los jóvenes para preguntarles por su vehículo, los subieron a una de las camionetas. Durante el trayecto los mantuvieron esposados. Lo único que pudieron escuchar fue el nombre de ‘el mecánico’. Al cambiarlos de camioneta, Óscar y Víctor recibieron patadas en diferentes partes del cuerpo. Presentaron severas lesiones en los testículos.

Mientras les metían la cabeza a una cubeta con agua, los militares los cuestionaban sobre el paradero de una regidora. Los intentos de asfixia y de agresiones sexuales se perpetuaron por 96 horas. Tras uno de los interrogatorios, Óscar dejó de escuchar a Víctor. Lo asesinaron. Al darse cuenta de que «se les había pasado la mano», los militares detonaron un arma de fuego. Óscar solo alcanzó a ver el chorro de sangre.

Óscar, joven al que el oficial mayor Ángel Gómez Garza llamó «maricón», fue agredido sexualmente

Después, otro de los involucrados —quien se reconoció como alguien dedicado «a matar»— le volvió a preguntar dónde estaba la regidora. Él contestó que no sabía. En la madrugada del 28 de febrero de 2009 lo subieron a un camión.

Uno de los soldados ingresó a la cabina y lo violó. Fue hasta el 1 de marzo que lo sacaron para desnudarlo y atacarlo a golpes durante al menos una hora. Para el día siguiente, los militares condicionaron su libertad.

Para Óscar, llegar a casa y contar a su familia lo que le sucedió fue la primera batalla. Escuchó cómo asesinaron a su amigo. Lo agredieron sexual, física y psicológicamente. Sobrevivió al horror. Lo que menos hubiera esperado es que personal de la CNDH hiciera eco de las agresiones que, por poco, lo privan de la vida. MIRA CÓMO TRATAN A MILITARES LGBT+ EN MÉXICO.

¿Quién es Ángel Gómez Garza?

Formalmente, Ángel Gómez Garza es el oficial mayor de la CNDH, organismo que el 25 de septiembre de 2020 emitió la recomendación 38 VG/2020. En ella se recordó que la familia de Óscar Kábata solicitó la intervención de la CNDH entre el 5 de diciembre de 2018 y 9 de abril de 2019.

No obstante, la documentación oficial de este caso data desde el 31 de marzo de 2009. En la recomendación, la CNDH reconoció que Óscar fue víctima de «detención arbitraria, tortura y violación a libertad y la integridad sexual».

Cabe destacar que, para la fecha en la que la CNDH emitió la recomendación 38 VG/2020, Ángel Gómez Garza, oficial mayor que amenazó y llamó «maricón» a Óscar Kábata, todavía no se encontraba en el puesto. Se integró al organigrama en relevo de Armando Morales Loya.

Desde un inicio (marzo de 2021), el nombramiento de Gómez Garza fue polémico. En más de un medio de circulación nacional se dijo que la destitución de Morales había encontrado como motivo una queja acerca del funcionamiento de dicha institución. Se llegó a comentar que Armando Morales fue uno de los «despidos injustificados».

¿Y por qué es tan grave este suceso?

La gravedad de que un funcionario de la CNDH haya agredido físicamente y llamado «maricón» a una víctima de tortura deriva de muchísimas razones. La primera tiene que ver con obstaculizar el acceso a la justicia. Como lo mencionamos hace algunos párrafos, Óscar Kábata es un sobreviviente de un sinfín de vulneraciones de derechos humanos por parte del Estado mexicano. Sus familiares son víctimas secundarias de los abusos cometidos en su contra.

Las acciones de Ángel Gómez Garza y los otros 3 sujetos sin identificar abonan a la situación que coloca a México como un país en el que prevalece una omisión de al menos 94% en la resolución de delitos, de acuerdo con la plataforma Impunidad Cero. Si esta cifra no es suficiente, te compartimos un diagnóstico más desglosado:

«En México, de cada 100 delitos que se cometen, solo 6.4% se denuncian. De cada 100 delitos que se denuncian, solo 14 se resuelven. Esto quiere decir que la probabilidad de que un delito cometido sea resuelto en nuestro país es tan solo de 0.9%».

Apartado normativo

Desde el ámbito más formal, la violencia ejercida por el personal de la CNDH no solo desconoce lo establecido en la Constitución. Omite los criterios que conforman la Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.

Con base en esta normativa publicada en junio de 2017, nos debe quedar claro que el actuar de la CNDH en este caso en específico está vulnerando el derecho de las víctimas a acceder y recibir «medidas de reparación integral». A su vez, desconoce muchísimos de los principios de la Ley General de Víctimas. Hace caso omiso de los derechos que Óscar Kábata y su familia tienen como afectados, mismos que podrían resumirse en el «trato con humanidad». Es decir:

«Con el respeto de su dignidad y derechos humanos por parte de los servidores públicos y, en general, de las instituciones públicas responsables del cumplimiento de esta ley».

Documentos particulares

Desde criterios más internos, el hecho de que el oficial mayor Ángel Gómez Garza haya amenazado y llamado «maricón» a Óscar Kábata pone en tela de juicio el funcionamiento de la CNDH como organismo.

En caso de que no conozcas cuáles son las atribuciones de la Oficialía Mayor, te explicamos la que, a nuestro criterio, es más relevante para entender la gravedad de este caso. De acuerdo con el artículo 22 del Reglamento Interno de la Comisión de los Derechos Humanos, una de las funciones de este cargo es:

«Establecer las políticas de contratación y desarrollo laboral, así como supervisar su cumplimiento».

¿La CNDH nos acompaña?

Sumado a tener un papel decisivo en quienes forman parte de la CNDH, las agresiones a manos de Ángel Gómez Garza dan continuidad a una serie de irregularidades que prevalecen en la instancia. Para no distraernos en todas las acusaciones que se tienen con relación a María del Rosario Piedra Ibarra, nos limitaremos a recordar las situaciones en las que la CNDH ha sido ineficiente para el bienestar de la comunidad LGBT+.

A lo largo de 2020 y 2021, activistas reportaron que el sistema de quejas por desabasto de medicamentos es poco funcional. En temas de VIH, el 22 de septiembre de 2021 documentamos la acusación contra Luis Raúl Albores Morales.

El titular del programa especial de sexualidad, salud y VIH de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) se refirió de forma burlona a la discapacidad visual para hablar sobre las personas que le hacían señalamientos sobre su labor en materia de prevención y atención al VIH.

Más allá de pensar nombres individuales, es importante reflexionar sobre lo que implica que se den este tipo de acciones al interior de un organismo que, supuestamente, es contrapeso en un país que en 2020 Human Rights Watch catalogó en crisis por «falta de atención del sistema de justicia penal, abusos militares, aplicación de la tortura, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, ataques a periodistas, persistencia de violencia generalizada a mujeres y niñas».

Incremento de la violencia contra la comunidad LGBT+ en 2021 y lo que va de 2022

Por supuesto, otra de las razones para denunciar los actos cometidos por Ángel Gómez Garza y demás funcionarios de la CNDH es la preocupante situación de violencia a la que se enfrentan las diversidades sexogenéricas en el país. En varias de nuestras publicaciones de 2021 subrayamos que mujeres trans y hombres gay fueron los 2 grupos más vulnerables.

Asimismo, recordamos que adjetivos como ‘puto’, ‘maricón’, ‘rarito’, ‘joto’ y ‘desviado’ suelen ser las últimas palabras que muchos hombres escuchan antes de ser privados de la vida. En 2021, notificamos al menos 3 casos de violencia en México que incluyeron la palabra ‘maricón’.

Tampoco se nos puede olvidar que el video de Ángel Gómez Garza se hace público en enero de 2022, mes en el que tan solo en Ciudad de México se han cometido 7 agresiones contra la comunidad LGBT+: insultos (Zona Centro), ataque homófobo en taquería El Vilsito (Narvarte Poniente), tentativa de feminicidio de Natalia Lane (Metro Portales), acto lesbofóbico (Barrio Chino), comentarios transfóbicos en Farmacias Similares (Doctores), ataque y amenazas a Casa Frida y golpes a activista LGBT+.

¿Has sabido de algún otro funcionario de la CNDH que, como el oficial mayor Ángel Gómez Garza, haya utilizado el término ‘maricón’ o amenazado a una persona en situación de vulnerabilidad como ser sobreviviente de tortura sexual, física y psicológica? Escríbenos en los comentarios para sumarnos a la denuncia.

Con información de Emeequis, LJA, Pie de Página, La Jornada, Human Rights Watch, Impunidad Cero

Ana Flores
Ana Flores
she/her/they/ellæ. Escribo sobre diversidad sexual, justicia reproductiva y movimientos sociales.

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