miércoles, abril 24, 2024

Necesito abortar: acompañamiento a personas no binarias y hombres trans

La resolución de la SCJN es un precedente para el reconocimiento del derecho a un aborto legal, seguro e informado de las personas con capacidad de gestar, pero la batalla no queda ahí. El acompañamiento es necesario para la garantía de la justicia reproductiva.

Este reportaje es una dedicatoria a la labor de grupos y colectivas que brindan acompañamiento a hombres trans y personas no binarias a través de un aborto seguro, informado y amoroso. La Marea Verde avanza y ustedes son quienes nos enseñan a navegar. Que el oleaje no se detenga.

El porqué de esta investigación especial

La resolución del 7 de septiembre de 2021 de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) fue un paso significativo en México y Latinoamérica en materia de derechos sexuales y reproductivos. Con ello, se recuperaron debates que habían quedado al margen. Uno de ellos fue el de un trato digno y accesible en la interrupción legal del embarazo (ILE) para personas con capacidad de gestar.

Como bien se ha expresado en foros y conversatorios, la legalidad y la gratuidad del aborto no significan de inmediato la adopción de una perspectiva feminista y de género en los sistemas de salud. Frente a esto, la labor autónoma de les acompañantes siempre será necesaria.

Sabemos que en nuestro país existen grupos como Red de Aborteras y Red de Acompañamiento y Apoyo Hidalgo que recuerdan que «no estás sola». Pero ¿quiénes brindan asesoría y ofrecen un espacio seguro y digno a hombres trans y personas no binarias?

Para responder a esta interrogante, Homosensual platicó con 2 personas no binarias, 2 hombres trans y 7 grupos de acompañamiento comprometidos con «brindar un lugar de amor y confianza» en el proceso de aborto.

¿De dónde partimos?

La inconstitucionalidad de la criminalización total del aborto marcó un antes y un después en la lucha por el derecho a decidir sobre la maternidad, paternidad y crianza en México. La resolución de la SCJN invalidó el artículo 196 del Código Penal de Coahuila.

Esto antecedió al comunicado en el que la Secretaría de Gobernación y la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) dieron a conocer que se estaba trabajando en «la liberación de mujeres procesadas o sentenciadas por la interrupción del embarazo».

El carácter histórico de los 10 votos a favor por parte de las y los integrantes del máximo órgano jurisdiccional no solo recae en estos rubros. La sesión del 7 de septiembre de 2021 también recordó que el aborto voluntario para hombres trans, personas no binarias, queer, gender fluid y agénero es un tema de derechos humanos y, por ende, de salud y educación pública.

¿En qué vamos?

Indudablemente, el reconocimiento jurídico de las personas con capacidad de gestar es una conquista que responde a años de exigencias por una justicia reproductiva. Aun así, el oleaje no debe hacernos perder de vista que el océano es más amplio de lo que pensamos. «Es una noticia a celebrar, pero la decisión de la SCJN también pone sobre la mesa todos los estigmas en los que tenemos que trabajar», asegura Sandra Cardona, quien es una de las integrantes de Necesito Abortar México.

La validación de la voluntad como una causal para interrumpir el embarazo hasta las 12 semanas en Ciudad de México, Oaxaca, Hidalgo, Veracruz y Coahuila responde a una articulación entre la acción colectiva en las calles y los espacios legislativos.

A la par de la presentación de diversas iniciativas, les acompañantes han sido el contrapeso a un Estado que se ha alineado con una política de natalidad en la que se considera al cuerpo como una propiedad pública. La escritora y exponente del marxismo feminista Silvia Federici no se equivoca al asegurar que el acompañamiento es «el mayor acto de rebeldía».

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Pañuelazo en Ciudad de México / Foto: Marea Verde

Aborto clandestino no es —forzosamente— un aborto inseguro

Con todo y la perspectiva punitivista del Estado, la Iglesia y el propio imaginario social, las mujeres (heterosexuales y de la diversidad sexual), hombres trans, personas no binarias, agénero y gender fluid hemos abortado.  Y sí: muches lo hemos realizado en la clandestinidad.

Aborto clandestino no es —forzosamente— un aborto inseguro. Esa es una de las primeras consignas que debemos empezar a cambiar. La clandestinidad no puede —ni debe— ser pensada únicamente a partir de una narrativa criminalizante. A pesar de que este adjetivo se ha utilizado para denunciar las estadísticas de mortalidad que se reportan desde Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la Organización Mundial de la Salud (OMS), en cierta parte niega la labor de las colectivas y redes que brindan acompañamiento.

¿Qué dice la estadística sobre el aborto en nuestro país?

«El aborto es un hecho cotidiano», asegura Ninde MolRe, abogada especialista en derechos sexuales y reproductivos. De acuerdo con el Sistema de Información de Interrupción Legal del Embarazo, de abril de 2007 al 30 de junio de 2021, el Gobierno capitalino contabilizó 237 643 abortos.

En el informe elaborado por dicha instancia se destacan 7 indicadores: entidad de procedencia, edad, nivel educativo, estado civil, procedimiento, semana de gestación y número de hijos. La orientación sexual y la identidad de género no son consideradas en este acercamiento estadístico.

La falta de datos oficiales es uno de los primeros indicios de la escasa información con la que contamos respecto a la interrupción del embarazo en hombres trans y personas no binarias. Este hallazgo no es exclusivo de México.

En Colombia, el sistema público de salud toma como pretexto los datos para negar el acceso de aborto a quienes plantan cara a la cisheteronorma. Esa fue una de las razones de la fundación de la Alianza Trans Masculina Abortera de Colombia y AlienHadas. Tal y como se lee en sus redes, ambas iniciativas tienen la siguiente máxima:

«Hablar de aborto trans no es un acto de inclusión. Es un acto de rebeldía y resistencia».

Mi método no funcionó, ¿a quién puedo acudir?

Alí es un hombre trans de 21 años. Vive en el estado de Hidalgo y, a pesar de que en su entidad el aborto es legal desde junio de 2020, asegura que es un derecho al que «no todes tienen acceso». Alí no ha necesitado del servicio. Según cuenta, «él y su pareja suelen buscar lo que mejor les sirva para no embarazarse».

Pero tiene claro que los anticonceptivos pueden fallar. A su hermana, Margarita, el dispositivo intrauterino (DIU) no le funcionó como había esperado. En caso de necesitar acceder al misoprostol o a la mifepristona no sabe a quién acudir, pues «no hay redes tan grandes como Marea Verde México».

Aunque está consciente de que existen colectivas que pueden apoyarlo «en cuanto lo solicite», considera que «para muchas personas lo trans en el aborto sigue siendo un tema que ahí está, pero apenas y se habla».

La inclusión legislativa es una deuda histórica: uno de los apuntes que se hacen desde los grupos de acompañamiento en el proceso de aborto

La perspectiva de Alí es similar a la de los grupos que brindan acompañamiento en el aborto para personas no binarias y hombres trans. En representación de Mutantes Disidentes, Marce Casman —quien se reconoce bajo los pronombres elle y él— expresa que:

«En México no se ha trabajado mucho en el tema de los derechos sexuales y reproductivos de las personas con capacidad de gestar».

Desde Guasave (Sinaloa), manifiesta que «son pocas las colectivas feministas o espacios de acompañamiento que les nombran». A esto, integrantes de Coatlicue Siempre Viva colectiva feminista transincluyente de Puebla— subrayan:

«Falta muchísimo trabajo por hacer para la perspectiva de las personas no binarias y hombres trans. Ni siquiera en manuales de procedimientos de interrupción del embarazo se aborda qué diferencias y complicaciones podrían tener los cuerpos con capacidad de gestar».

Anexo a la incertidumbre que causa en dicho sector de la población LGBT+, esta situación tiene implicaciones en la forma en la que se diseñan y dictan las leyes. «Quienes se mueven para despenalizar o legalizar el aborto no nos nombran o consideran al momento de escribir proyectos», asegura Marce.

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Mutantes Disidentes aboga por el aborto seguro para todes. / Foto: Facebook (Mutantes Disidentes)

Vacíos legales y otras formalidades

En México, la legislación con relación al aborto data, al menos, desde el siglo XIX. Desde el Código Penal de Benito Juárez (1871) hasta los decretos para reformar los códigos penales del entonces Distrito Federal, Oaxaca, Hidalgo y Veracruz, es la mujer cis la que es considerada como persona sujeta del derecho a una maternidad elegida.

El reconocimiento de las personas con capacidad de gestar no es un sesgo jurídico que solo se haya suscitado en México. De acuerdo con el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (Ciespal), de 1862 a 2021 son 74 las normativas en materia de aborto en los países de la región. De estas 74, solo una menciona de manera textual el término ‘personas con capacidad de gestar’: la Ley 27 610 (Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo).

En este cuerpo legal de Argentina, el derecho a un aborto legal, seguro y gratuito para mujeres, hombres trans, personas no binarias, queer, gender fluid y agénero se encuentra reconocido en los artículos 1, 2, 4 y 5.

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La ley de Argentina fue la primera en reconocer a las personas con capacidad de gestar. / Foto: NEA

¿Cuál es la certeza jurídica de las personas no binarias y hombres trans que necesitan un aborto?

«Por eso es algo fantástico que haya sucedido», expresa Sofía Regalado respecto a la resolución de la SCJN. Desde Morras Help Morras, señala que el hecho de que el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea se haya referido a las personas con capacidad de gestar «no solamente se está visibilizando desde lo discursivo, sino desde lo jurídico».

La celebración también viene por parte del Fondo de Aborto para la Justicia Social MARÍA (Mujeres, Aborto, Reproducción, Información y Acompañamiento). A nombre de este primer fondo de aborto en América Latina, Andrea Alcalá —quien es encargada del área de comunicación estratégica— señala que el pronunciamiento a favor de la SCJN también tiene un importante peso en el terreno simbólico, pues:

«Hablar de personas con capacidad de gestar es reconocer que existen cuerpos diversos. Nuestros cuerpos no son espacios que les pertenezcan a los constructos binarios del género. Nuestras experiencias siempre van a escapar a las lecturas que buscan categorizarnos con argumentos esencialistas».

Además de la carga discursiva, jurídica y simbólica, Sofía comenta que la postura de la SCJN es un recurso y una estrategia de contrapeso contra el actuar de los grupos antiderechos. «Debemos contemplar lo estricta que es la ley. Es importante contar palabra por palabra», reitera. «Muchas fuerzas políticas que están en contra del aborto, el reconocimiento y respeto a las identidades sexogenéricas se han encargado de utilizar un lenguaje muy particular en sus iniciativas. Es fundamental marcar la ventaja», agrega.

El instrumento que no podemos perder de vista

Es cierto: el 7 de septiembre de 2021 fue la primera vez que un organismo tan importante como la SCJN reconoció jurídicamente a las personas con capacidad de gestar dentro de la lucha por la despenalización del aborto. No obstante, el término es rastreable en muy contados documentos sobre la interrupción del embarazo.

Uno de ellos es el Lineamiento técnico para la atención del aborto seguro en México (2021). En este protocolo elaborado por el Centro Nacional de Equidad de Género, el concepto se menciona en 9 ocasiones. También es de los pocos recursos que incluye al término ‘identidad de género’. Este aparece en 3 apartados.

La visibilización textual de las personas con capacidad de gestar se encuentra presente en secciones fundamentales: glosario, objetivos, ejes transversales, principio pro persona, trato libre de estigma, aborto seguro como servicio esencial y rutas de vinculación.

Acorde a este documento de 102 páginas —mismas que son acreditadas por la Secretaría de Salud (SSa)— se reconoce como «usuaria» a:

«Persona con capacidad de gestar, incluyendo a mujeres, adolescentes, niñas y personas de la diversidad sexogenérica que acude a los servicios de salud».

Con esta definición como antecedente, el personal médico y administrativo del entramado de salud pública —en teoría— debería tener claro que las mujeres (heterosexuales y de la diversidad sexual), así como hombres trans, personas no binarias, queer, gender fluid y agénero tienen derecho a un servicio de aborto que sea:

  • Oportuno, confiable, respetuoso y garante de los principios de equidad y no discriminación
  • Con tecnologías seguras y equipos multidisciplinarios competentes
  • Tratado con perspectiva de género
  • Realizado por personal empático y que cuente con habilidades de escucha activa

Los apartados que pueden llegan a ser conflictivos

Si bien el Lineamiento técnico para la atención del aborto seguro en México cuenta con criterios básicos para «la protección de un estado de bienestar físico, mental y social» de quienes abortan, también son evidentes algunas fallas. Una de ellas es que cuando se retoma la perspectiva de género se hace a partir de un enfoque binario.

Otro de los grandes desaciertos es que a lo largo de todo el documento se habla en femenino (por eso es tan problemático que «usuaria» sea la primera categoría). Que no se nos olviden las puntualizaciones de Morras Help Morras y Fondo MARÍA:

«Las palabras construyen realidades y de ellas se desprenden realidades en que una experiencia se vive, siente y entiende. En un país en el que los funcionarios aprovechan las trampas del lenguaje para negar los derechos, hay que contar palabra por palabra».

«Estaba muy agotade como para investigar cuáles podrían ser un espacio seguro»: situación que enfrentan las personas no binarias al momento de buscar un acompañamiento en el proceso de aborto

Apasionade por la ilustración y el grafiti, Ixchel es una persona no binaria. Vive en Querétaro, uno de los 15 estados que no reconocen la identidad de género. Aunque sea difícil de imaginar, se enamoró durante la pandemia. Conoció a su pareja en Bumble, un sitio «en donde no le fue tan difícil detallar su identidad porque las personas son un poco más abiertas».

Salieron algunas veces y a los 5 meses de relación presentó un retraso en su ciclo menstrual. Lo comentó con algunes amigues y le dijeron que no se preocupara «porque lo más seguro es que fuera el estrés de las clases de Zoom». Ixchel esperó y su periodo nunca llegó.

Era noviembre de 2020, tras las compras del Buen Fin, los hospitales presentaban un sobrecupo en la atención a pacientes de COVID-19. Aunque medios de circulación nacional alertaron que los procedimientos de interrupción del embarazo tuvieron una caída del 44% —esto a pesar de que la incidencia de aborto aumentó en un 20% y la muerte materna en un 40%, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas— la estadística propiciada por la pandemia no fue precisamente lo que preocupó a Ixchel.

La percepción que se tiene sobre el sistema público de salud respecto al aborto en las personas no binarias

Además de que en Querétaro la voluntad no es considerada como una causal para acceder a la ILE, le joven de 19 años quiso evitar que «le interrogaran por su identidad de género». Al igual que otras personas con capacidad de gestar que quieren evitar la violencia por parte de los sistemas de salud, decidió hacerlo sole y en su casa.

Escuchó un par de podcasts y se enteró de la existencia de Women on Waves, una organización internacional que desde 1999 brinda información y acompañamiento a quienes no tienen a la crianza dentro de sus planes. Encontró algunos instructivos y, aunque escucha «mucha música en inglés» y entiende, prefirió buscar información en español.

Fue así como dio con el manual Cómo hacerse un aborto con misoprostol de Socorristas en Red. Consideró hacerlo en compañía de colectivas feministas, «pero estaba muy agotade para ponerse a investigar cuáles podrían ser un espacio seguro». Todo salió bien. Ixchel continuó con sus estudios y su relación. Aún duda de cómo acercarse a colectivas que explícitamente dicen: «No estás sola».

Borrado de mujeres, falacia que fragmenta a la Marea Verde

La resolución de la SCJN respecto a los derechos reproductivos de las personas con capacidad de gestar propició algunos comentarios cisheteromativos por parte de algunas organizaciones feministas que consideran que «el aborto es por y para las mujeres».

Tal y como lo recuerda Sandra Cardona (Necesito Abortar México), este hecho histórico también evidenció «los estigmas en los que tenemos que trabajar» respecto al aborto y acompañamiento para hombres trans y personas no binarias.

Tanto desde Morras Help Morras como desde Mutantes Disidentes y Siemprevivas: Red de Acompañamiento Autónomo, les acompañantes reconocen que hay un discurso muy marcado de transfobia y cisexismo. En entrevista, Marce cuenta que «Mutantes Disidentes nació por la falta de colectivas que reciban a los hombres trans». Según comenta, en Sinaloa, Sonora y Durango «varias colectivas tienen integrantes transodiantes».

Frente a esta denuncia, Sofía (Morras Help Morras) asegura que ciertos grupos que están en la lucha por el aborto pueden converger discursivamente con los sectores conservadores. «A veces creo que es importante hacer un quiz de: ¿Quién lo dijo, un antiderechos o una antiderechos?», bromea. A la par, problematiza la narrativa de transfobia con «la persecución que se está orquestando contra les acompañantes en estados como Puebla y Nuevo León».

¿Y cuál es el argumento para negar el acompañamiento a hombres trans y personas no binarias en el aborto?

Tras la postura del órgano supremo de justicia, en redes sociales se recuperó —nuevamente— el término ‘borrado de mujeres’, mismo que las integrantes de Morras Help Morras consideran «una falacia para justificar la transfobia en términos ‘legales’». Para ampliar esta perspectiva, Cardona confirma que no se está llevando a cabo ningún borrado de mujeres. Reconoce que, en cierta parte, entiende el porqué de esta preocupación. «A las mujeres nos ha costado años que se nos nombre como tal». Sin embargo:

«No hay un borrado porque somos mencionadas y trabajamos. No quiero estar peleada con las que piensan eso. Tampoco me interesa entrar en un debate que no nos lleva a ningún lado. Soy defensora de los derechos humanos. Creo que todas, todos y todes tenemos derecho a ser mencionades. Yo, como acompañante, si llega alguien y necesita ayuda —independientemente de cómo se identifique— se la voy a dar porque la información es un derecho humano. La gente trans que quiera venir con nosotras puede hacerlo sin problema».

El proceso y sus fases

La intervención de Sandra es importante por 2 motivos. En principio, niega al acompañamiento en el aborto como un delito. «Ningún código de México establece que el dar información sea ilegal», asevera. En nuestro país, el derecho al acceso a la información está reconocido en el artículo 6 de la Carta Magna.

Por su parte, enfatiza que el aborto no es una cuestión exclusivamente médica. Tal y como se expone en el sitio web Women on Waves, el acompañamiento consta de 3 etapas:

  • Proceso preaborto: se comparte información básica sobre la interrupción del aborto, así como las opciones más seguras y accesibles.
  • Proceso de aborto: se explica paso a paso el protocolo y se enfatiza el autocuidado.
  • Postaborto: emisión de recomendaciones, cuidados y acompañamiento a la persona hasta el momento en el que lo solicite.
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Guía de aborto autogestivo en casa con misoprostol para hombres trans y personas no binarias / Foto: Instagram (@morrashelpmorras)

El acompañamiento a personas no binarias y hombres trans subraya que el aborto se vive de diferentes maneras

En concordancia con lo anterior, las integrantes de Necesito Abortar México y Fondo MARÍA puntualizan que el acompañamiento a hombres trans y personas no binarias ha sido una oportunidad para recordar que «no todas las personas que solicitamos un aborto tenemos las mismas necesidades». A su vez, el enfoque diferencial y respetuoso de la interrupción del embarazo, señala Cardona, demuestra que «en cada acompañamiento se aprende».

A pesar de que el oleaje de la Marea Verde no tiene intenciones de detenerse, el acceso al aborto legal, seguro, gratuito e informado «sigue pareciendo una utopía legal», opina Atziri, quien es una persona no binaria. Colabora con Siemprevivas: Red de Acompañamiento Autónomo, colectiva que actúa en Baja California Norte, Ciudad de México y Centroamérica. Según platica, el nombre fue cambiado en 2020. Inicialmente se llamaba Siemprevivas: Red de Acompañamiento a Mujeres. 

«La finalidad de modificarlo fue incluir a todas las personas gestantes de nuestro acompañar. También quisimos visibilizar que dentro de la colectiva hay personas no binarias»

La legalidad no garantiza el acceso

Si bien de poco en poco el aborto seguro forma parte de los servicios de más unidades de salud, su total garantía sigue siendo una deuda por parte del Estado. En México, medios de comunicación continuamos reportando casos de clínicas que —bajo la promesa de ‘ayudarnos’— lucran y tratan de revictimizarnos. Su finalidad es convencernos de que ejercer una maternidad, paternidad y crianza no planeada o deseada. Como ejemplo, tenemos el funcionamiento de Suspensión Legal del Embarazo (Chihuahua), Aborto Seguro CDMX y demás instancias que forman parte del Centro de Ayuda para la Mujer en Latinoamérica.

A la fecha, mujeres y personas con capacidad de gestar nos seguimos enfrentando a la incertidumbre jurídica que prevalece en entidades como Chiapas, Guerrero y Tamaulipas. Para muches, el traslado a Ciudad de México, Oaxaca, Hidalgo, Veracruz y Coahuila no es algo costeable.

En cuanto al aborto en casa, no todes tienen privacidad o las condiciones para hacerlo. Asimismo, algunas mujeres han denunciado que se han topado con una gran burocracia en los hospitales públicos. Aunque en el sitio electrónico de Interrupción Legal del Embarazo del Gobierno de Ciudad de México se enlistan requisitos que podrían parecer ‘sencillos’, la verdad es que pueden incentivar y aumentar las barreras administrativas. Desde Morras Help Morras se tiene en cuenta que:

«Si un hombre trans va a solicitar una interrupción del embarazo, pero su CURP e INE los tiene acorde al género elegido y la normativa tiene explícito que el aborto es para las mujeres, le van a negar el acceso».

Barreras particulares de las personas y hombres trans que quieren interrumpir su embarazo

En entrevista, Sandra Cardona relata que en un panel de aborto que se llevó a cabo en Nuevo León una de las ponentes —que se describió a sí misma como transexcluyente— aseguró que:

«Ellos [los hombres trans] tienen sus propios métodos y formas».

Más allá que abogar por una atención en la que se tome en cuenta la identidad de género, este tipo de enunciados suelen partir de la creencia de que, por el hecho de transicionar, los hombres trans adquieren los privilegios del sistema patriarcal. Lo cual no puede ser más errado. Al respecto, desde Medicina por el Derecho a Decidir (Med Prochoice) médicas, enfermeras y voluntarias mencionan:

«Al haber sido socializados como mujeres y al ser personas no cisgénero, se van a enfrentar a violencias sistemáticas».

Dicha aseveración es compartida por la colectiva Coatlicue Siempre Viva. A partir de su experiencia en la lucha feminista y de las disidencias sexogenéricas en Puebla, tiene la certeza de que:

«Históricamente es una población que ha sido y sigue siendo discriminada y negada. Se puede decir que les es más difícil acceder a los servicios de salud en general. En el caso del aborto es más estigmatizante».

Con relación a lo anterior, integrantes de Fondo MARÍA aseguran que el sistema de salud «tiene una lectura binaria sobre los cuerpos». Esto, además de fortalecer una narrativa esencialista, tiene consecuencias en la integridad emocional. «Desdibujar la identidad y no reconocerla es no reconocernos como personas acreedoras a un lugar en donde se nos escuche, acompañe y valide. Es una forma más de fiscalizar nuestras autonomías y libertades», sostienen.

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Acción de pañuelos verdes por un aborto legal, seguro y gratuito para todes / Foto: Facebook (Coatlicue Siempre Viva)

La construcción de una narrativa que le ponga voz a las historias y los procesos

Desde el principio de la conversación con Homosensual, Fondo MARÍA, Necesito Abortar México, Med Prochoice, Mutantes Disidentes, Morras Help Morras, Las Confidentas y Siemprevivas: Red de Acompañamiento Autónomo describieron al acompañamiento como:

«La posibilidad de construir espacios en donde las personas podamos escucharnos sin juicios. Implica ponernos en el centro y entender que el aborto no tiene por qué ser un proceso que se viva en soledad. Es un espacio en el que se cuestionan y visibilizan constructos sociales como el género, la maternidad o la crianza».

A estas palabras Sandra Cardona (Necesito Abortar México) agrega que «no es lo mismo aprender a hacer un aborto que aprender a acompañar». «No solo es el acompañamiento, sino el acuerpamiento», subraya. Las personas que optamos por interrumpir nuestro embarazo buscamos un lugar en donde nos podamos sentir comprendides, segures, amades y en un ambiente de confianza y empatía.

Acompañar en un proceso de aborto es hacerte inquiline de la historia de una persona, de la biografía de su cuerpo y de la cartografía de las cotidianidades que le atraviesan. «Por eso es tan importante que la dignidad esté al centro. Necesitas algo más allá de quien te provea el servicio», comenta Atziri al recordar que elle y sus compas han recibido mensajes y llamadas de «personas que buscan un apapacho».

¿Por qué es importante hablar de aborto, acompañamiento, personas no binarias y hombres trans?

Tanto les integrantes de Siemprevivas: Red de Acompañamiento Autónomo como de Necesito Abortar México, Morras Help Morras y Las Confidentas tienen claro que el cambio de narrativa respecto al aborto para hombres trans y personas no binarias no solo les corresponde a elles. No obstante, piensan que su labor puede comenzar a fracturar ciertos estigmas.

Por ejemplo, desde Necesito Abortar México, Sandra no encuentra ninguna dificultad para decir que «las acompañantes creemos que lo sabemos todo». «No es así», enfatiza. Si bien en los acompañamientos que ha brindado a hombres trans se ha dado cuenta de que existen similitudes en «el espiral de preguntas y de culpa», estas experiencias le han dejado otros aprendizajes.

Cuando se pone a pensar en el testimonio de Carlo en Aborto, aquí te cuento le viene a la mente lo que se llevó del primer acompañamiento que hizo de la mano de un hombre trans:

«Nos sentamos a platicar por Zoom. Tenía dudas como cualquier otra persona que aborta. Me decía: “¿Lo hago? ¿No lo hago?”. Pero también tenía otros miedos. Me contó que se estaba hormonizando y que sentía temor porque el aborto pudiera tener repercusiones. En eso agarré y le dije: “No, espérate, vamos a investigar”. Fue maravilloso estar informándome. Me ha ido superbien acompañando a hombres trans».

«Vete a un lugar en donde no incomodes», respuesta que recibió un hombre trans

En 2018, el avance de la Marea Verde protagonizaba medios impresos y daba la bienvenida en los portales web. Entre junio y julio, colectivas feministas de estudiantes, docentes y periodistas decoraron las calles de Buenos Aires con esténciles que reclamaban: «Será ley. Aborto legal ya».

A kilómetros, defensoras y defensores de derechos humanos sintonizamos las 14 horas de la sesión histórica y, para dejar claro que persistiríamos hasta lograrlo, nos organizamos y tomamos las calles el 28 de septiembre de ese año.

Erin —hombre trans que en ese entonces era estudiante de la carrera de Sociología en la UNAM— colgó su pañuelo de la mochila y pasó a comprar unas latas de pintura. Al querer incorporarse a los contingentes que salieron del Monumento a la Madre con destino al Zócalo capitalino, un grupo de chicas le dijo «que los hombres no tenían nada que hacer ahí».

Cuando hizo un segundo intento por entrar, las manifestantes repitieron que «era una marcha separatista». Erin reivindicó su derecho a decidir, pero lo hizo desde atrás, en «un lugar en donde no incomodara».

Al igual que Erin, Atziri relata que cuando asiste a las marchas del Día de Acción Global por un Aborto Legal y Seguro, suele encontrarse rodeade de consigas que resaltan «el privilegio cis». «Es muy feo estar en una marcha del 28S, voltear y que todos los carteles a tu alrededor tengan consignas estigmatizantes y binarias», manifiesta.

La importancia de presentar a los espacios de acompañamiento desde un enfoque diverso

«En los últimos años se ha visto mucha hostilidad hacia las disidencias de género dentro de los propios espacios feministas», comenta Natalia en representación de Las Confidentas (Tijuana). Desde su perspectiva, «muchos círculos feministas se mueven por el prejuicio». Esto hace que «se entorpezca el diálogo, se polaricen las discusiones y desvinculen las luchas». A título personal, considera que es fundamental que «reconozcamos nuestras luchas en otras». Se trata de «sumar recursos para impulsar una agenda progresista», agrega.

Durante la charla, Natalia relata que el enfoque LGBT+ «no fue central en la fundación». Aunque nunca hicieron la separación tajante entre «las causas LGBT+ y las feministas», reconoce que «les faltó incluir de manera explícita». Esta fue una de las conclusiones a las que llegó cuando une de sus amigues le dijo que «no sabía si era bienvenide a las actividades». Al respecto enfatiza:

«Si no hacemos estos espacios explícitamente diversos, mucha gente no puede hacer uso de la información».

Así como Natalia, Atziri afirma que es primordial que los hombres trans y las personas no binarias sientan que los grupos de acompañamiento o espacios en los que se habla de aborto les reciben con respeto. «Existe el miedo a presentarte con tu identidad», dice. «No es secreto que para muches el primer contacto genera mucho malestar y, a veces, tratos muy violentos. No siempre tienes la certeza de cómo va a reaccionar esa persona», comenta.

El temor a enfrentarse al desconocimiento de los pronombres o caer en el misgendering y el deadnaming ocasiona que las personas que se pronuncian contra el binarismo de género busquen otras alternativas. Por ejemplo, Atziri cuenta que es muy común que las personas y hombres trans «se muevan entre sus compitas». Y si bien esto puede ser un factor primordial en la consolidación de redes de apoyo, también supone una desventaja. «No todes tienen contactos o acceso a esa información», recupera.

Algunas recomendaciones desde los grupos que brindan acompañamiento a hombres trans y personas no binarias en el proceso de aborto

Entonces, ¿qué pueden hacer las colectivas y los grupos de acompañamiento? Con Mutantes Disidentes la apuesta es muy clara. Tal y como expresó Marce para Homosensual, «el proyecto nació de un hartazgo del discurso heterocisnormado respecto al aborto y el acompañamiento en sí mismo». Para este grupo de Guasave (Sinaloa) es importante que hombres trans, personas no binarias y demás disidencias sexogenéricas «dejen de ser la otredad y un asterisco después de la palabra mujeres».

Acciones y ejes de acción en concreto

Desde las colectivas que están conformadas por mujeres cis se propone ser aliadas. Para mostrar su apoyo, Las Confidentas buscan «diversificar las posibles soluciones a nuestras problemáticas». ¿Cómo lo hacen? A través de 2 acciones en concreto en las que se reitera que «la diversidad no es algo periférico»:

  • Diseño y organización de talleres y capacitaciones incluyentes y de carácter abierto
  • Elaboración de guías para el aborto con medicamentos para hombres trans y personas no binarias

Sumado a esto, las voces de Coatlicue Siempre Viva reiteran que los talleres, las campañas y los conversatorios «se deben trasladar a la calle, con la población en general». En el caso de Fondo MARÍA, sus integrantes parten de que la comunicación estratégica debe responder a las siguientes premisas:

  • Los acompañamientos deber reconocer y respetar cómo nos nombramos.
  • El sentido que se le da al aborto y embarazo es distinto en cada persona.
  • El bienestar emocional es parte de la salud integral.
  • Siempre se debe poner al centro a la justicia reproductiva.

Además de tener en cuenta ejes y acciones enfocadas en este grupo de la población LGBT+, las Morras Help Morras acentúan la necesidad de mostrar una postura política en concreto: no pactar con grupos que proliferen y privilegien discursos de odio contra la comunidad trans y no binaria. A esto es a lo que se refiere Marce (Mutantes Disidentes) con que «más allá de tomar acciones transinclusivas, sería ser antitransfobia». MIRA OTRAS FORMAS DE COMBATIR LA VIOLENCIA MÉDICA CONTRA LAS PERSONAS GESTANTES.

¿Qué hay sobre la consigna «La maternidad será deseada o no será»?

Por su parte, la propuesta desde Siemprevivas: Red de Acompañamiento Autónomo empieza por mantener una perspectiva crítica frente a la Marea Verde. Sin la finalidad de negar o minimizar el trabajo de colectivas que navegan la corriente de «Educación sexual para decidir. Anticonceptivos para no abortar. Aborto legal para no morir» o «La maternidad será deseada o no será», se señala que las consignas son susceptibles de atravesar por un cuestionamiento colectivo. Esta también es la postura que caracteriza la labor de Morras Help Morras.

De acuerdo con Atziri y Sofía, en algunos de sus planteamientos —tanto en el discurso como en las iniciativas de ley— la Marea Verde llega a replicar «el estigma y binarismo». En otras palabras: prioriza una justicia reproductiva sesgada. ¿Por qué? Está pensada desde una democracia cisexista.

A esto, Bifanzine Colectivo —que ahora evolucionó a un proyecto más grande llamado Mezquite— agrega que, para hablar de autonomía, el acompañamiento en el proceso de aborto debe ser antirracista, anticapacitista, descolonial y anticapitalista. Asimismo, en el fanzine Acompañamiento para el aborto seguro en casa para todas, todes y todos, se señala que:

«En la lucha por el aborto libre hay más de una sujeta o sujetx político».

A través de distintas expresiones gráficas, Bifanzine Colectivo advierte que «los estigmas se vuelven creencias y leyes». «Es por eso que una de las cosas a las que tenemos que prestar atención es el lenguaje», insiste Atziri. Además de apostar por una construcción narrativa que deje de criminalizar a les acompañantes, es fundamental que el traslado del «lenguaje neutro» se haga efectivo en la práctica médica y el acompañamiento en el aborto para personas no binarias y hombres trans.

El lenguaje construye realidades

Esta es una de las principales recomendaciones que se hacen en el Manual de servicios de aborto trans-inclusivos: políticas y prácticas. En este instrumento traducido y adaptado por la Cátedra Libre de Estudios Trans se reitera la importancia de conceptualizar el derecho a decidir fuera de un enfoque cisheteronormativo. Por esta razón, cuando se habla de aborto, también se aboga por las paternidades (hombres trans) y crianzas (personas no binarias, gender fluid, agénero y queer) elegidas. Al respecto, les especialistas de la Cátedra Libre de Estudios Trans comentan:

«Los aspectos corporales de crianza pueden ser transformados por las personas trans que viven sus cuerpos y forman familias en sus propios términos».

A su vez, en el Manual de servicios de aborto trans-inclusivos: políticas y prácticas se expone que, dentro de las especificidades de atención, también se debe evitar generizar de manera innecesaria a los cuerpos con capacidad de gestar. En este rubro, Atziri comparte lo siguiente:

«En realidad no es necesario poner un género para entablar una conversación respetuosa, confiable y amorosa. Y si no es necesario para otras cosas, tampoco lo debería ser para brindar acompañamiento».

Las alianzas en el acompañamiento de hombres trans y personas no binarias que necesitan un aborto

Hablar de aborto y acompañamiento es recordar cómo abrazamos a las historias y a las personas en sí mismas. Una de las grandes interrogantes que surgen al momento de visibilizar la importancia del acompañamiento a hombres trans y personas no binarias en el proceso de aborto es si tenemos que formar parte de estas disidencias sexogenéricas. Si bien es importante que las colectivas y los grupos de salud propicien espacios seguros para quienes quieran acompañar, esto no es un requisito.

«Solamente necesitas comunicarte con respeto y desde un lenguaje en el que no violentes. No necesitas contar con estudios de género para hacer del acompañamiento un espacio amoroso y de confianza», responde Atziri. «Cualquier persona con interés y disposición puede fortalecer estas herramientas y hacerlo desde la empatía», complementa Andrea Alcalá desde Fondo MARÍA.

No obstante, subrayan las Morras Help Morras, es imprescindible que las colectivas y grupos de acompañamiento «politicen su narrativa».

¿Cómo hacerlo?

«Teniendo claro nuestro rol. Las aliadas apoyamos y nos aseguramos de que los espacios sean libres de transfobia», sostienen.

«Dejemos de replicar esa conducta salvacionista. Las personas no binarias, los hombres trans y las diversidades de género se organizan. Y tan lo hacen que, aún y con las trabas institucionales y sociales, acompañan a sus compañeres con abortos seguros e informados. Abren grupos en Facebook y WhatsApp y conversan sobre cosas que nosotras desde nuestro privilegio cis no llegamos a entender».

¡Que el oleaje no se detenga!

Es cierto: el cambio de narrativa respecto al aborto no es una obligación de los grupos y las colectivas que guían a las mujeres y personas con capacidad de gestar en la interrupción del embarazo. Sin embargo, quienes llevan a cabo la labor de acompañamiento a hombres trans y personas no binarias durante el proceso del aborto forman parte de un cambio estructural en la forma en la que pensamos el embarazo y el género.

La Marea va subiendo y, por fortuna, algunas cada vez son más las colectivas que como Mutantes Disidentes recomiendan a compas como Mis Amigas Me Acompañan. Quizá la ola todavía no llega a algunos puertos, pero en 2021 el Liderazgo Simone de Beauvoir y el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) hablan de una «justicia reproductiva para todas y tode. Asimismo, en sus convocatorias para marchas y jornadas informativas, Me Cuidan Mis Amigas GDL, Red Aborto Seguro Saltillo y Feministas de Oriente expresan que las actividades están dirigidas a «mujeres y disidencias con capacidad de gestar».

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Postura de la colectiva Mis Amigas Me Acompañan / Imagen: Facebook (Mis Amigas Me Acompañan)

Sea a través de alianzas o de los flyers que les Mutantes Disidentes pegan en los postes de luz, el acompañamiento a hombres trans y personas no binarias acentúa una de los recordatorios que nos abrazan al momento de atravesar por un aborto: tu cuerpo merece amor, respeto y ternura.

Con o sin el permiso del Estado, mujeres y personas con capacidad de gestar (hombres trans, personas no binarias, queer, gender fluid y agénero) decidiremos sobre nuestras vidas. Lo haremos en casa, en una clínica o con amigues que nos abracen con su ternura radical. El acompañamiento fue, es y será el mayor acto de rebeldía.

Ana Flores
Ana Flores
she/her/they/ellæ. Escribo sobre diversidad sexual, justicia reproductiva y movimientos sociales.

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