Seas introvertido o extrovertido, quizá has tenido que adoptar nuevos hábitos durante la pandemia. Mira cómo esto afecta tu salud mental.
No importa si eres introvertido o extrovertido, la pandemia ha cambiado radicalmente las vidas de todos. Pero ¿cómo afecta esto tu salud mental?
El psicólogo suizo Carl G. Jung propuso que las personalidades de los seres humanos podían dividirse en dos grandes grupos: introvertidos y extrovertidos. A continuación te contamos cómo la llevan ambos grupos en la pandemia.

La diferencia entre estos dos tipos de personalidad es que un individuo introvertido, por decirlo de alguna manera, carga sus baterías al estar solo, mientras que uno extrovertido necesita pasar tiempo con otros para sentirse vivo.
Por ejemplo, para un chico introvertido, charlar con desconocidos en un elevador puede ser algo completamente agotador. En cambio, un extrovertido puede hacer esto varias veces en un mismo día sin esforzarse.

Ventajas y desventajas de ser introvertido y extrovertido
Aunque existen pros y contras en pertenecer a uno u otro grupo, es un hecho que socialmente se favorece ser más extrovertido. Los espacios de trabajo, las escuelas y los lugares para el esparcimiento están diseñados para ellos. Como botón de muestra, estudios recientes indican que los extrovertidos ganan más dinero y acceden a posiciones de poder con más facilidad que los introvertidos.
Percepción de introvertidos y extrovertidos LGBT+
Por cierto, algunos se han preguntado si las personas LGBT+ son más introvertidos o extrovertidos. Aunque sería imposible dar una respuesta definitiva, es innegable que la imagen de las personas LGBT+ que se presenta en medios de comunicación está desproporcionadamente cargada hacia el lado extrovertido.

Muchas personas asumen que si eres gay eres supersociable, que te gusta bailar y salir de fiesta. Pero muchos gays son más bien tímidos (y no tiene nada de malo). Sin embargo, dadas las expectativas sociales, esto puede convertirse en una desventaja a la hora de buscar pareja, por ejemplo.
Ser introvertido o extrovertido en la pandemia
Al inicio de la pandemia parecía que se daba vuelta a la tortilla. La situación pintaba para ser un paraíso para un introvertido: quedarte en casa sin tener que ir a la oficina o no tener que inventar pretextos para no ir a una fiesta. Y quizá varios están todavía felices jugando Animal Crossing o leyendo sin ser interrumpidos, pero para otros este no ha sido el caso.
Es verdad, a muchos introvertidos no les ha ido tan bien como esperaban durante la cuarentena. Bajo situaciones de estrés prolongado, algunos han visto cómo su personalidad ha dado un vuelco de 180 grados; de repente se han vuelto más irritables y agresivos.

John Hackston, líder de la organización The Myers-Briggs Co, proveedora de la prueba que se utiliza para evaluar distintos tipos de personalidad, explica que en condiciones de aislamiento es posible que los introvertidos hayan agotado sus recursos habituales, obligando a su psique a dar un giro hacia el polo opuesto. Por otra parte, es posible que los extrovertidos, al no tener la atención a la están acostumbrados, se hayan vuelto más introspectivos.
La personalidad no es estática
La idea de Jung es que el tipo de personalidad (él lo llamaba el tipo psicológico) no es para nada estático, es algo que cambia a lo largo de la vida y de acuerdo con las circunstancias. Ser conscientes de esto nos puede ayudar a encontrar un nuevo ritmo y adaptarnos de mejor manera a la situación tan poco normal que vivimos con la pandemia, seamos introvertidos o extrovertidos.

Cada uno de los dos tipos de personalidad enfrenta retos únicos durante la cuarentena. Por ejemplo, en una pareja donde uno es más introvertido y el otro es más extrovertido. Al estar encerrados 24 horas en un mismo espacio, el primero puede sentir que su espacio personal ha sido invadido, mientras que el segundo puede sentirse como león enjaulado.
En un escenario como el anterior es fundamental hacer un esfuerzo para ser más comprensivos con las necesidades del otro, especialmente cuando no coinciden con las nuestras. Algo que podemos hacer es no tomarlo de manera personal. La comunicación es vital. Hablar con tu pareja o con tu familia puede ayudar a encontrar soluciones para que cada uno encuentre un espacio y un tiempo para desconectarse o para conectarse según sus necesidades.