jueves, abril 25, 2024

Entre menos masculino soy, menos ligue gay encuentro

En el ligue gay, entre menos masculino eres, menos atención recibes… o al menos así lo comprobé yo.

No es un secreto que ser menos masculino en el mundo gay puede ser bastante castigado, pero jamás imaginé cómo afectaba esto en el ligue.

Y es que desde que dejé atrás lo ‘varonil y discreto’, pasé de ser un imán en las apps de ligue a recibir cortones por las razones más tontas.

No sé qué cambió. Yo no, pero algo en mi aspecto sí, y vaya que eso el mundo no me lo perdonó.

Transiciones

Mis amigos no se cansan de decirme que, por más que lo intento, no me quito la etiqueta de ‘masculino‘, y aun así en el ligue gay se me percibe como todo lo contrario.

Hace un par de años un chico me dijo que lo que le gustaba de mí es que le recordaba a su mejor amigo ‘buga’ de la prepa: medio machito pero buena onda, siempre con un jersey de futbol o la playera de una banda de rock y una dudosa selección de ropa interior.

Mi guardarropa ha cambiado poco desde entonces. Sigo teniendo calzones horrendos y no me quito mi playera de los Dead Kennedys por nada del mundo.

Sin embargo, algunas cosas se añadieron a la escena. Para empezar, llegaron a mí muchos estampados: leopardo, cebra, flores, rosas chillones.

Luego vino el peluche, después los tintes de colores extravagantes, los barnices de uñas locochones y la joyería más aseñorada que pude encontrar. Me sentía cómodo en mi propia piel, libre, hasta que a mi puerta tocaron las opiniones de los demás.

Protesas

Las protestas por dejar a mi ‘yo masculino’ no se hicieron esperar y, como seguramente imaginaron, vinieron del mundo del ligue gay.

Un chico con el que ya había quedado varias veces, de pronto inundó mis mensajes de Instagram con comentarios como:

«¿Qué te hiciste? ¿Por qué? Te ves más guapo con cabello negro. Te ves raro, me recuerdas a la banda afeminada».

Otros tantos empezaron a asumir que era pasivo, únicamente basándose en mi aspecto. ¿Qué no puedo usar peluche rosa y ser activo? Pasé de tener un número bastante alto de visitas en mis perfiles de apps de ligue, a literalmente ser invisible para los ojos de los otros usuarios.

En la vida real la cosa no era diferente, la gente me volteaba a ver menos con ojos de lujuria y más extrañados por mi aspecto.

Esto comenzó a ser un problema en otras áreas de mi vida. Por ejemplo, durante una reunión con amigos, mientras veíamos un partido del Porto, un desconocido me calló diciendo:

«Estamos hablando de futbol, si queremos saber de tintes te avisamos».

Más recientemente, un chico y yo hacíamos el clásico intercambio de nudes, cuando muy asustado me preguntó qué me había pasado en una uña. Cuando le contesté que solo era barniz, muy molestó contestó esto antes de proceder a bloquearme:

«Ah, te pintas las uñas. Gracias, men, pero no me prenden esas cosas de vieja».

¿Final feliz?

Jamás creí que no ser percibido como masculino en el mundo gay me afectara tanto al momento del ligue.

Aunque claro, por un lado tengo una pareja estable (el poliamor es difícil, chavos) y no tengo necesidad de pasar malos tratos de totales desconocidos con los que solo me iba a acostar una vez.

No obstante, ¿qué pasa con las demás personas cuya realidad es esta todos los días? Para quienes genuinamente no pueden encontrar conexiones con otras personas por la discriminación que sufren.

En una entrevista para HuffPost, el actor Corey Camperchioli hizo el siguiente comentario sobre cómo es percibido en la comunidad:

«La forma en la que las personas afeminadas somos vistas en la comunidad es 100% un síntoma de misoginia. Y pienso que es, como sociedad, por nuestra miedo profundo a las mujeres. A cualquiera que muestra actitudes femeninas les decimos que son menos porque en nuestros corazones sabemos que eso les hace infinitamente más poderosos».

Por desgracia, estas palabras son difíciles de asimilar. Incluso, aunque escribo esto con mucho orgullo, hace unos días cambié mi foto de perfil a una en donde aparezco con una sencilla playera polo, sin una pizca de tinte en el cabello. Quizá a mí también me llegó el miedo a ser invisible para los ojos de la cosificación.

¿Crees que los hombres no masculinos sufren de discriminación en el ligue gay?

Con información de HuffPost

Axel Salas Colunga
Axel Salas Colunga
Satanista encubierto. Me gustan las hamburguesas, escribir y el 'In Rainbows' de Radiohead. Tan proactivo que da miedo.

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