A sus casi 25 años, el patinador Rodrigo Herrada, quien se presenta como un atleta abiertamente LGBT+, se perfila como una de las promesas nacionales del patinaje artístico. Te compartimos nuestra entrevista con el campeón del deporte mexicano.
«El sueño de cualquier patinador es llegar a los Juegos Olímpicos de Invierno», asegura el multimedallista LGBT+ Rodrigo Herrada al momento de recordar las dichas que ha vivido al lado de Donovan Carrillo. Desde 2018, ambos han estado en campeonatos nacionales. Los unen a otros talentos mexicanos la perseverancia y el compromiso de hacer sus ilusiones una realidad. Así como a otras y otros patinadores jóvenes, a Rodrigo lo inspiró la conquista que, solo a través del cuerpo, se puede lograr.
Creció en Puebla, estado de la República mexicana que en 25 años de patinaje artístico no había tenido un alto puntaje en la categoría varonil. Con la entrega de Rodrigo Herrada y de las generaciones jóvenes que lo tienen como profesor, el destino de la entidad tomó otro rumbo. Ahora, el patinador que de forma orgullosa afirma ser «un deportista abiertamente homosexual» es «el único poblano con la calificación más alta en la rama varonil».
La fantasía de poder volar como las mujeres de los pies ligeros
Su pasión por la belleza, entrega y disciplina no comienza con sus entrenamientos para clasificar a la Universiada Mundial en Suiza 2021. «Siempre fui un niño con una esencia muy deportiva», recuerda Rodrigo Herrada en entrevista con Homosensual. Antes de pasar tardes completas en la pista de hielo de un centro comercial, el joven medallista entrenó atletismo y taekwondo. También tiene una formación en artes marciales.
Desde muy pequeño, una de sus grandes pasiones era hacer maratón con la barra programática de ESPN Deportes. En una de esas ocasiones quedó fascinado con la transmisión de un concurso de patinaje artístico. Lo maravillaron la velocidad y la delicadeza. Lo que hizo de ese primer encuentro un punto de partida fueron la curiosidad e inocencia. En ese entonces tenía entre 6 y 7 años. Pensaba que los patines formaban parte de la anatomía de las competidoras. A sus casi 25 años, Rodrigo Herrada tiene presentes los anhelos que lo suturan a una infancia que creía en lo imposible. De ahí que sus estudiantes lo recuerden por su consejo de vida:
«No te vayas 5 minutos antes de que suceda tu sueño porque nunca sabes cuándo puede suceder».
«La sociedad no ve bien que los hombres hagan algo artístico»: Rodrigo Herrada, patinador y campeón LGBT+
Aunque la disciplina del patinaje artístico ha albergado a grandes talentos LGBT+, Rodrigo Herrada subraya que «no es un espacio totalmente libre de machismo y homofobia». Si vamos en retrospectiva podríamos citar numerosos ejemplos. El más reciente fue el del patinador mexicano Donovan Carrillo. MIRA EL TRIUNFO DE DONOVAN CARRILLO.
Frente a su participación en los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022 nos enteramos de que —así como otras y otros jóvenes atletas de quienes aún no se conoce su historia— no recibió el apoyo esperado por parte de las autoridades deportivas. Esto no solo derivó del escaso interés que se le otorga a esta disciplina deportiva. La hostilidad también está ligada a una narrativa en la que se hacen presentes los tintes homofóbicos respecto al patinaje artístico. CONOCE A LOS PATINADORES GAY DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE INVIERNO.
Al respecto, Rodrigo Herrada comenta que, pese a ser un patinador LGBT+, «nunca ha atravesado por situaciones de rechazo» dentro del sector. Sin embargo, no significa que el camino haya estado libre de asperezas.
Nació y creció en Puebla, un estado que le otorgó una beca de talento deportivo, pero que también es señalado por mantener un alto índice de discriminación contra la población sexodisidente. De acuerdo con el Diagnóstico para identificar las necesidades de la población LGBTTI del municipio de Puebla en materia de derechos humanos, al menos el 84.6% de las y los habitantes LGBT+ han percibido un trato diferenciado en razón de su orientación sexual e identidad de género.
Pasión y talento cambian la perspectiva
Como muchas y muchos profesionales del deporte, Rodrigo forma parte de una familia muy apegada a la religión. Durante la charla enfatiza que siempre contó con el apoyo de su madre y padre. Después de sentirse inspirado por la película de Ice Princess (2005), lo llevaron a la pista de hielo de la plaza cada fin de semana. No obstante, mantenían cierta opinión respecto al patinaje y los roles de género.
Desde su perspectiva, «era una disciplina exclusiva de las niñas». También creían que «todos los hombres patinadores eran per se homosexuales». Según comparte Rodrigo, esta conceptualización sobre el patinaje no es distintiva de México. «Se da en la mayoría de los países latinoamericanos en donde la religión es un componente muy fuerte», sostiene. A la par de que Rodrigo Herrada resultó victorioso en los campeonatos nacionales, su familia entendió que, además de la pasión, tenía talento para la disciplina. «Vieron que en realidad me interesaba y era bueno. Afortunadamente lograron despegarse del prejuicio», asegura.
Fue esa fórmula la que propició que el patinador convirtiera su hobby de fin de semana en una expectativa de vida. Comenzó a entrenar de manera profesional a los 12 años. Compró sus primeros patines con el dinero que consiguió de la venta de su colección de videojuegos. Antes de ser profesor, trabajó como mesero y empleado en una purificadora de agua.
En camino a los próximos Juegos Olímpicos y su clasificación en el campeonato mundial
Al pensar en las razones que lo llevaron a conseguir el bronce en distintos campeonatos nacionales, el patinador afirma que «siempre ha sido una persona que hace valer lo que cree». Desde muy pequeño, Rodrigo Herrada expresó su orientación sexual y se asumió parte del colectivo LGBT+.
Cuando sus alumnas y alumnos se acercan a él, no duda en contarles su historia. Se siente orgulloso de quien es y de lo que ha logrado. Reflexiona y, en medida de lo posible, explica palabras que quizá durante la infancia no alcanzamos a comprender del todo. ‘Adversidad’ es una de ellas.
Sin dar una definición de diccionario, Rodrigo recurre a su pasado y a las situaciones que experimentó al crecer «como un niño gay» que, pese a recibir un diagnóstico médico poco favorable (hernias discales), mantiene el sueño de percibirse a sí mismo a través de los aplausos y el entusiasmo de las personas que sintonizarán los Juegos Olímpicos de Milán (2026).