No se puede hablar de menstruación digna si se niegan las corporeidades de los hombres trans y las personas no binarias.
El derecho a la menstruación digna para todes, incluyendo a hombres trans y personas no binarias, es uno de los —muchos— temas que el cisexismo nos ha obligado a mantener en silencio. Time’s up.
Homosensual conversó en exclusiva con el activista por los derechos de las personas trans, Luis Tirado, para hablar sobre este tema tan incomprendido por muchos.
Por una menstruación digna
El activismo de la marea roja se fortalece a lo largo de la región. Con mayor frecuencia dejamos de hablar de la higiene y empezamos a dar paso a las discusiones de salud y educación menstrual.
La menstruación dejó de ser un tema que se susurra. Se debate y reivindica públicamente. La Ley de Menstruación Digna en Michoacán es uno de los avances más significativos en la legislación con perspectiva de género en nuestro país. A la par, en redes sociales, algunas mujeres y personas menstruantes defendieron su libertad y expresaron su descontento frente a una política pública que pretende homologar la experiencia menstrual.
¿A qué se enfrentan los hombres trans y las personas no binarias?
La garantía y defensa de la menstruación digna no se agota en la exigencia de la responsabilidad del Estado. En entrevista con Homosensual, Luis Tirado enfatiza que el activismo menstrual no debe invisibilizar «a las diversidades corporales que también menstrúan». LEE ESTE TEXTO SOBRE HOMBRES QUE MENSTRÚAN.
Como hombre trans, Luis manifiesta que él y quienes se reconocen dentro de las identidades sexuales no hegemónicas —por ejemplo, las personas no binarias— suelen enfrentar dificultades que derivan de la transfobia y el propio heteropatriarcado. DESCUBRE POR QUÉ EL DISCURSO TRANSFÓBICO ES EL VERDADERO CABALLO DE TROYA.
Violencia médica
Respecto a la transfobia, Luis comenta que algunas iniciativas conservan una narrativa patologizante sobre las corporeidades. Esta puede venir desde activistas que insisten en que «solo las mujeres biológicas menstrúan» o bien formar parte de la práctica médica.
Aunque Luis «no ha experimentado confrontaciones directas», reconoce que la violencia médica es una de las principales problemáticas a las que se enfrentan las personas trans y no binarias. No es secreto que algunos ‘profesionales’ de la salud se han negado a atenderles. Al respecto, el joven asegura lo siguiente:
«Prevalece el miedo a ir al doctor porque siempre nos vemos obligades a dar mil explicaciones. Siempre estamos expuestes a las reacciones que puedan tener sobre nuestros cuerpos y a cómo vivimos en y a partir de ellos».
Menstruación digna y corporalidades
A finales de 2019, la organización Chicas Poderosas llevó a cabo el Mediatón #EnResistencia. Entre los contenidos se encontró el de la menstruación digna en hombres trans y personas no binarias. Para esto se contó con la participación del colectivo Todes Menstruamos.
En los testimonios, algunos hombres trans denunciaron que su vivencia menstrual se ve vulnerada por la narrativa de la masculinidad hegemónica. Luis comparte esta opinión. Desde su perspectiva, tanto el discurso heteropatriarcal como el transfóbico se apoyan en una construcción que criminaliza las corporeidades trans y no binarias.
«Comúnmente se nos dice que nuestros cuerpos son equivocados y que no nos pertenecen».
«El callar que existen otras corporalidades que menstrúan también nos pone en peligro»: Luis Tirado
Para Luis, la lucha por el derecho a la menstruación digna ha sido una vía para (de)construir narrativas sobre las corporeidades y la propia masculinidad. A lo largo de los años ha aprendido a reconciliarse con su cuerpo, a hacerlo hablar y defenderlo.
Durante la charla, Luis señala que el discurso médico patologizante busca homologar la experiencia trans, pues esta identidad política no está únicamente ligada a los tratamientos hormonales y las intervenciones quirúrgicas.
«Ahora entiendo que la menstruación es un proceso necesario y saludable para mi cuerpo. Mientras crecía entendí que el ser hombre puede funcionar de muchas maneras diferentes. Tengo la posibilidad de construir mi masculinidad desde cero».
Frente a la consolidación de la lucha por la menstruación digna, Luis subraya la importancia de mantener una perspectiva interseccional en las políticas públicas, sea en la agenda laboral, sanitaria, medio ambiental y/o educativa.
Desde su punto de vista, lo primero es comprender que «el callar la existencia de las corporeidades menstruantes implica un grave peligro». Luis relata que los hombres trans suelen sentirse muy vulnerables al hacer uso de los sanitarios, ya que «no cuentan con una infraestructura que les garantice protección».
«En la mayoría de los baños solo hay un cubículo. Muchas veces ni cesto de basura tienen. No hay donde depositemos las toallas o los tampones. Además, los empaques son muy ruidosos, entonces sentimos más miedo. Ese miedo se origina por un discurso que nos dice: “Aquí no existes. Este no es tu lugar”».
Hablemos de salud y educación menstrual
Tal y como lo demuestran las estadísticas del Fondo Nacional de las Naciones Unidas (UNFPA), el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y las iniciativas regionales —por ejemplo, Menstruación Digna México, Copa Solidaria o Lluvia Roja—, la menstruación no es solo «un hecho biológico». Se traduce en condiciones sociales específicas. La gestión de la menstruación no se limita a garantizar el acceso a los productos. También tiene que ver con la forma en la que colectivizamos la salud y la educación menstrual.
Con relación a este punto, Luis piensa en retrospectiva y reflexiona qué le habría gustado saber sobre la menstruación cuando era pequeño. Quisiera haber escuchado más allá de la marca de toallas sanitarias o la retórica sobre la higiene y la dichosa «estética femenina». MIRA CÓMO ESTA MARCA DE TAMPONES MOSTRÓ APOYO A LA DIVERSIDAD.
Para muches, el primer acercamiento a la menstruación fue soles, en un baño y preguntándonos por qué nuestro flujo menstrual no era azul como el de los comerciales. Otres crecimos aterrades. Se nos dice que la menstruación es la muestra de que «al fin somos mujeres». Nos ‘educan’ para pasar una toalla por debajo de la mesa. Se nos enseña a callar a otros cuerpos. Para Luis, el hecho de que la Ley de Menstruación Digna reconozca y garantice los derechos de las mujeres y personas menstruantes no es algo menor:
«Es el recordatorio de que tenemos derecho a sentirnos bien con el cuerpo que queremos habitar».