Fátima IBP no se detuvo a pesar de la COVID-19. Esta Institución de Beneficiencia Pública de Chihuahua siguió trabajando para ayudar a personas con VIH.
A pesar de las restricciones que la contingencia ha impuesto en México, Fátima IBP (Institución de Beneficencia Pública) continúa con su labor de lucha contra el VIH en el norte del país.
La pandemia por la COVID-19 paralizó a todo el mundo, pero esta organización de Chihuahua que se dedica a la lucha contra el VIH no ha dejado de trabajar.
La nueva realidad
Denisse Quiñones, coordinadora de Proyectos y Procuración de Fondos de Fátima IBP, le contó a Homosensual el proceso de decisión y adaptación a la nueva realidad por la contingencia:
«La pensamos mucho al inicio (para cerrar las instalaciones), pero viendo que trabajamos con población vulnerable ante este virus decidimos tomar medidas de reducción de horarios».
Si bien las personas que viven con VIH, se encuentran apegadas a un tratamiento y son indetectables, no tienen mayores riesgos que cualquier persona que se enferme de COVID-19, a Fátima también acuden personas que apenas comienzan su tratamiento.
«A Fátima van personas todos los días, desde gente que sólo pasa a saludar, hasta quienes van por apoyos y pruebas rápidas».
Las personas que están iniciando un tratamiento para el VIH sí pueden estar en un mayor riesgo de presentar complicaciones con la enfermedad respiratoria en combinación con un sistema inmune comprometido.
Si tomo medicamentos para el VIH, ¿estoy protegido contra COVID-19?
Por esta razón, durante la pandemia, han atendido en un horario reducido solo a personas con necesidades urgentes, los martes y los viernes, de 9 a. m. a 12 p. m.
En este horario continúan haciendo pruebas rápidas de detección de VIH, para las cuales es necesaria una cita.
Pero también continúan entregando apoyos de vestimenta y alimentarios a las personas beneficiarias de la institución, quienes se han visto afectadas por el cierre de negocios y el distanciamiento social.
Fátima: 22 años de ser un segundo hogar
Fátima IBP cumplió 22 años el pasado 20 de marzo, y lo celebraron con videos sobre el trabajo que han realizado desde 1998.
Esta organización es conocida por llenar un vacío que existía en la ciudad de Chihuahua cuando se registraron los primeros casos de VIH en la región.
En sus inicios, Fátima IBP se dedicó a atender solo a la población que ya vivía con VIH o sida, pero la experiencia les llevó a enfocar su trabajo en la prevención, tal y como lo señalan en su página web:
«Estamos convencidos de que sólo a través de esta se podrá llegar algún día a vencer la pandemia».
Sin embargo, el trabajo más importante que realizan es el acompañamiento y apoyo emocional.
Decenas de personas con VIH reciben el apoyo de especialistas, pero también del grupo de autoayuda que los mismos beneficiarios se encargan de nutrir.
Regularmente, las personas asistentes al grupo se reunían por las tardes en las instalaciones de Fátima IBP para platicar, contarse sus problemas y apoyarse entre sí.
Con la pandemia, no se han podido reunir en persona, pero el apoyo no se disolvió: ahora se mantienen en contacto por un grupo de WhatsApp, donde siguen fomentando el apoyo entre todas las personas del grupo.
Mantener al grupo unido es parte fundamental de su atención, para que lxs beneficiarixs siempre tengan a alguien que les puedan ayudar cuando necesiten algo.
Muchas personas que asisten a Fátima a saludar o platicar con el personal sienten que es su segunda casa, pues ahí encuentran la solidaridad y compañía que a veces es difícil hallar en otro lado.
Retos en puerta
La contingencia sanitaria por la COVID-19 no es la única preocupación de la institución, pues vino a sumarse al desabasto de medicamentos para personas con VIH, el cual se vive desde el año pasado en distintas regiones del país.
Aunque ya hayan medicamentos en las instituciones de salud de la ciudad, la pandemia trajo un nuevo problema, según nos cuenta Denisse:
«Ahora por la pandemia, aunque no haya desabasto, las personas tienen problemas para conseguir su medicamento. Les es difícil que los atiendan, ya sea porque no hay citas o por los controles de seguridad en los hospitales».
La suspensión de eventos públicos por la contingencia sanitaria también pegó duro en las finanzas de Fátima IBP, que se sostiene por donaciones de empresas y el Gobierno.
«Hemos recibido y atendido muchas llamadas de usuarios que nos piden apoyo para seguir con su tratamiento».
Pero sobre todo, dependen mucho de las donaciones de particulares, que suelen recaudar en campañas de boteo, una kermés anual y otros eventos presenciales.
También se suspendió la Marcha del Día Internacional de la Vigilia del VIH/sida, que año con año conmemora las muertes a causa de enfermedades relacionadas con el sida.
Seguimos viviendo
Este año pidieron a sus seguidores en redes sociales que encendieran una vela desde sus casas…
«Para que los demás sepan que seguimos viviendo más allá del VIH».
Por último, Denisse nos comentó que tienen planeado lanzar una campaña de recaudación de fondos para que la institución pueda sobrevivir.
No saben hasta cuándo podrán regresar a sus labores cotidianas y realizar otros eventos de recaudación como cada año.
Si deseas apoyar a Fátima IBP puedes ponerte en contacto a través de su página de Facebook.