El amor de las madres es incondicional y, cuando se trata de mamás con hijos LGBT+, además es motivo de orgullo.
En México y en América Latina hay muchos ejemplos de madres que se han convertido en parte de la lucha por los derechos de sus hijos LGBT+. Asimismo, existen varios casos de mujeres lesbianas, bisexuales o trans que lucharon durante años para poder convertirse en mamás.
Por ejemplo: algunas mamás lesbianas tuvieron que luchar para que el Estado reconociera su comaternidad. Otras vencieron la lesbofobia de jueces y tribunales para poder tener la custodia de sus hijos. Y algunas incluso crearon organizaciones y movimientos sociales para defender los derechos de sus hijas e hijos con identidades de género u orientaciones sexuales diversas. A continuación, te presentamos algunos casos.
Tania Morales
Al defender los derechos de su hijo Luis, Tania Morales se convirtió en una de las madres más icónicas de la comunidad LGBT+ en México. Cuando Luis tenía 13 años le contó a Tania que se identificaba como niño trans. Ante la falta de organizaciones que pudieran orientarla y apoyarla, Tania se informó sobre el tema para defender el derecho de Luis a vivir de acuerdo con su identidad de género. Posteriormente, fundó la Asociación por las Infancias Transgénero, organización que lucha por el reconocimiento de la identidad de género de niños y niñas trans menores de edad.
Gabriela Mansilla
Otra de las madres más entrañables de la comunidad LGBT+ es Gabriela Mansilla. En 2013, Gabriela se percató de que uno de sus mellizos en realidad era una niña trans. Afortunadamente, un año antes se aprobó en Argentina una ley que permite el reconocimiento de la identidad de género de las personas trans. Mansilla apoyó y acompañó a su hija, Luana, quien con solo 6 años se convirtió en la primera niña trans en obtener documentos de identidad acordes a su identidad de género. Posteriormente, Gabriela publicó un libro donde compartió su experiencia como mamá de una niña trans. También fundó la organización Infancias Libres, que apoya a otras familias con niños y niñas trans.
Anayansi Parra
El caso de Anayansi Parra es ejemplo de la discriminación que enfrentan las madres que pertenecen a la comunidad LGBT+. Originaria de Sinaloa, Anayansi se identifica como lesbiana. Antes de salir del clóset estuvo casada y tuvo una hija. Sin embargo, decidió divorciarse cuando su marido la violentó. Desde hace 6 años Anayansi lucha por la custodia de su hija. Por desgracia, Parra no ha podido ver a su hija desde hace 4 años debido a que una jueza se lo prohibió solo por ser lesbiana. Anayansi siguió luchando y en marzo de 2021 obtuvo la custodia de su hija, aunque todavía no ha podido verla debido a que su expareja tiene oportunidad de apelar la sentencia.
Marilú y Karla
Marilú y Karla son dos mamás lesbianas que decidieron luchar por los derechos de todas las familias LGBT+. Originarias de Nuevo León, estas esposas se convirtieron en madres a través del método de fertilización in vitro. Sin embargo, sus problemas empezaron al intentar registrar a su hijo. Los formatos del Registro Civil solo eran para familias integradas por un padre y una madre. Marilú y Karla viajaron hasta Coahuila, donde el Registro Civil sí permite registrar a hijos e hijas de familias homoparentales o lesbomaternales. Sin embargo, decididas a evitar que otras familias LGBT+ vivan la misma discriminación, iniciaron una petición en Change.org para que la Cámara de Diputados legalice el registro de bebés de mamás lesbianas y papás gays en todo el país.
Alba Reyes
Alba Reyes es una de las madres que más ha sufrido por la discriminación hacia su hijo LGBT+. En 2014, Sergio Urrego, un adolescente gay colombiano de 14 años, se quitó la vida tras sufrir discriminación y acoso en su escuela. A partir de entonces, Alba comenzó una lucha para llevar ante la justicia a los responsables del acoso hacia su hijo y evitar que otros jóvenes LGBT+ vivan la misma situación. Tras 7 años de lucha, Alba logró que la exdirectora del colegio al que asistía Sergio fuera encontrada culpable de falsa denuncia y ocultación de pruebas. Además, desde la Fundación Sergio Urrego, creada en honor a su hijo, se dedica a combatir la discriminación, la homofobia y el acoso escolar.