Si crees que ondear la bandera LGBT+ te convierte en aliado de la población diversa, vamos a explicarte porque estás muy equivocado.
Hay personas y marcas que piensan que ondear la bandera del orgullo LGBT+ los convierte en aliados o aliadas de la población LGBT+. Voy a explicarte por qué no es así.
El pinkwashing ha sido tema de conversación desde que empezamos a ganar aliados en ámbitos como el sector privado y en el entretenimiento. El concepto es básicamente que la homofobia, bifobia o transfobia se ‘diluya’ ante actos simbólicos con la intención de hacer menos las responsabilidades de quienes lo perpetúan. Es decir, que las cosas se queden en el mínimo esfuerzo. Sin tomar la responsabilidad de hacer algo con el costal de homofobia, bifobia o transfobia que cada quien va cargando.
Esto es más evidente cuando llega el Mes del Orgullo
Es justo en el Mes del Orgullo cuando vemos que un sinfín de empresas le estampan una bandera LGBT+ a sus productos y publicidad. Pero no dicen exactamente cómo es que están apoyando a la comunidad LGBT+ fuera de sus organizaciones, y particularmente dentro de las mismas. ¿De qué sirve que digan apoyar las marchas y nuestros derechos si no saben cómo atender los casos de discriminación laboral en CONOCE LA HISTORIA DE LA BANDERA DE ARCOÍRIS, QUE REPRESENTA EL ORGULLO LGBT+.
Si son empresas socialmente responsables comprometidas con la comunidad LGBT+ deben al menos tener iniciativas a favor de sus colaboradores de la diversidad sexual. Estas deben impulsarlos a llevar una agenda interna para hacer comunidad a lo largo del año. Y si llevan a cabo una campaña publicitaria de algún producto, servicio o evento con motivo del Mes del Orgullo, sepan que si al menos no hacen una contribución económica con alguna organización de sociedad civil, el compromiso es meramente comercial y pierde su sentido social.
Pero cuando se trata del mundo de los medios de comunicación y en el entretenimiento, pareciera que la línea del pinkwashing es más difícil de dibujar.
Un poco de historia sobre aliados y aliadas de la población LGBT+
Como memoria colectiva, aún tenemos muy presente estas figuras de las celebridades que tienen el estatus de ‘iconos gays‘, desde Madonna, Cher, Judy Garland, Cyndi Lauper, Liza Minnelli y Elizabeth Taylor. Las amigas que tuvimos desde antes de que fuera cool tener amigos gays, particularmente cuando nos enfrentábamos a la epidemia del VIH en sus inicios. TE CONTAMOS 10 COSAS QUE MARCARON LA VIDA DE JUDY GARLAND.
En aquella época, y todavía para épocas tan recientes como los principios de los 2000, ‘salir del clóset’ como aliado podía venir con un muy alto costo de admisión para las figuras públicas. Sin embargo, gracias a los muchos avances en temas de derechos humanos y representación en los medios de comunicación y de entretenimiento, los niveles de aceptación que hemos alcanzado han disminuido en gran parte ese costo para quienes se ven como aliados. E incluso para quienes teniendo una plataforma salen ellos mismos del clóset como LGBT+.
¿Qué se espera de los aliados y aliadas hoy en día?
Hoy por hoy, ser una figura pública y aliada representa un estándar más alto de compromiso y acciones. Esto no hace menos lo que las divas del pop hicieron por nuestra comunidad hace décadas. Al contrario, en muchas ocasiones libraron batallas por nosotros. Y nunca dejaron de recaudar fondos para ayudar directamente a nuestras poblaciones cuando los gobiernos ignoraban mortalmente nuestras vidas.
Lo que ahora se espera de las nuevas divas aliadas es que no se queden en lo simbólico. Porque aunque ello sigue pesando mucho –particularmente en un mundo global y digital–, hoy por hoy es más fácil y rápido documentar dos nuevos valores que sumamos a la ecuación para ver si el apoyo que ofrecen es genuino y efectivo: congruencia y activismo.
¿Cómo pueden ser congruentes los aliados y aliadas de los LGBT+?
Con el tema de la congruencia, aunque parezca obvio, las acciones que emprendan, desde lo simbólico hasta lo político, tienen que ir de la mano con el mensaje que promueven como artistas y como marca. (Sí, las figuras públicas son marcas también, deal with it). Sus voces pesan en lo mediático y tienen un efecto directo sobre las industrias en las que se mueven. Especialmente si esos ámbitos tienen problemas grandes de discriminación y acoso. (Casi todo el shobiz lo tiene, pero hay espacios de mayor o menor tolerancia o integración con la comunidad LGBT+).
Por lo tanto, el tono en el que se acerquen a mostrar su apoyo a la comunidad tiene que reflejar un interés por aprender a ser mejores aliados (no perfectos) en relación a lo que la sociedad civil organizada dé como pauta. En otras palabras, no se trata de tener iniciativa sin guía asumiendo que ya dominan los temas. Porque ahí es en donde se pueden cometer errores garrafales. Ser un buen aliado implica escuchar más de lo que se habla.
Ondear la bandera LGBT+ no te convierte en aliado
Recientemente Karol G tuiteó muy indignada una foto de ella en un concierto ondeando la bandera del orgullo. Esto en reclamo por las diversas críticas a su novio por las supuestas capturas de pantalla de historias en su cuenta de Instagram en las que criticaba el más reciente video de Bad Bunny haciendo drag.
Por supuesto que ella no es responsable por su novio ni por nadie más que no sea ella misma. Pero una aliada entiende que una controversia muy cerca de ella la compromete a mostrar lo que debe continuar haciendo para combatir lo que le acusan. Que no se trata de restregarnos los ‘recibos’ de lo que ha hecho —es de muy mal gusto, dejen que otros lo hagan por ustedes—, sino de reconocer que, pese a que pueda negar las acusaciones, se debe seguir trabajando —y diga cómo piensa hacerlo— en erradicar la homofobia, bifobia y transfobia. Tan tan.
Tonos condescendientes para defender sus pruebas del mínimo esfuerzo solo exhiben lo frágil de su compromiso. Y que habla más de lo que escucha a la comunidad que dice defender. Por mucho que tenga un punto —esto va para los fans que puedan tuitearme sus defensas de su ídola—, lo que hizo es la definición textual de hacernos gaslighting.
¿Cómo pueden ser activistas los aliados de la población LGBT+?
Con el tema del activismo, a lo mejor con lo politizado y divido que se siente todo en las redes sociales, parecerá difícil entender cuándo es ideal que aliados hablen por nosotros. Y sí, a veces tienen que hacerlo porque no hay nadie de nuestra comunidad en la mesa. Esto es controversial y hay distintas posturas al respecto incluso dentro del mismo activismo. Y creo que solo en el tema de género es en donde los hombres debemos detenernos para hablar de las mujeres y por ellas, para solo alzar la voz de que los temas y espacios en cuestión deben ser abordados por mujeres y que no nos corresponde. Pero con el tema de la agenda y la comunidad LGBT+, por el hecho de que no somos la mitad de la población, es difícil que tengamos un lugar en cada una de las mesas mediáticas.
¿Cómo ser un aliado ‘activo’ de los LGBT+?
El caso de Diego Luna en la Cumbre de los Premios Nobel de la Paz que se llevó a cabo en la ciudad de Mérida en 2019, es un excelente ejemplo para analizar. No es extraño ver al actor mexicano meterse en conversaciones políticas en su arte y espacios dentro y fuera del internet. En uno de los páneles en el que le tocó participar, Luna le reprochó al Congreso de Yucatán que siga evitando hacer su trabajo a favor de los derechos humanos. Luna hizo referencia al tema del matrimonio igualitario que fue votado en contra en dos ocasiones en ese año, siendo la más reciente apenas dos meses antes de la Cumbre. MIRA CÓMO SE ENOJARON CON DIEGO LUNA POR HABER DEFENDIDO A LOS LGBT+.
A pesar de que Miguel Bosé se encontraba en el escenario compartiendo el panel, fue Luna quien recordó todos los presentes sobre lo ocurrido. Bosé rápidamente se sumó al reclamo, y pudiéramos darle el beneficio de la duda que el astro español no estuviera al tanto de lo sucedido localmente. CHECA NUESTRA GUÍA PARA SER UN ALIADO ACTIVO DE LOS LGBT+.
La Cumbre culminaría con el concierto del cantante boricua abiertamente gay Ricky Martin
Ricky también usó su voz en repetidas ocasiones durante el evento y entrevistas para hacer el mismo reclamo. Esto provocó que la Cumbre haya ayudado a poner sobre la mesa los muchos pendientes que el gobierno yucateco tiene con la comunidad LGBT+.
Harry Styles, Taylor Swift, Katy Perry, Beyoncé, Ariana Grande y demás celebridades que se dicen ser aliadas lo sostienen a lo largo del año, de forma genuina y eficaz. Son congruentes y activistas desde sus muy particulares trincheras y tonos. Karol G y demás figuras públicas que quieran serlo por convicción, tienen la oportunidad de escuchar y aprender a usar mejor y con orgullo sus muchas plataformas.