No es ser hipócrita, simplemente jamás será lo mismo que un hombre cis hetero nos interprete o ‘rinda homenaje’, que alguien de la propia comunidad LGBTQ+.
Después de la polémica del supuesto ‘homenaje’ hecho por Eugenio Derbez al astrólogo Walter Mercado, los ánimos en internet continuaron encendidos.
Y es que a alguien se le ocurrió hacer un meme que equiparaba a los conocidos youtubers Pepe y Teo con personajes homosexuales de la comedia mexicana como los meseros Carmelo y Paul, quienes aparecían en el programa de sketches La Hora Pico.
El meme, que se regó como la pólvora, iba además acompañado de un texto también bastante incendiario: «La comunidad se quejaba de cómo eran etiquetados por el estereotipo que representaban ellos y alaban este otro tipo de contenido. En fin, la hipocresía».
El meme causó tanto revuelo que llegó a los ojos del mismo Ricardo Peralta (Pepe), quien no tardó en hacer un statement muy claro desde su cuenta de Twitter:
Después de esta contundente respuesta, muchos de sus seguidores se adhirieron a sus palabras, manifestándole su apoyo.
Pero más allá de si tenemos o no simpatía por Ricardo, ¿en qué es diferente lo que hacen ellos de lo que en su momento hicieron comediantes como Eugenio Derbez, Adrián Uribe, Omar Chaparro y muchos otros que en su momento inundaron las barras cómicas de Televisa? Aquí algunos puntos a considerar:
La importancia de actuar desde la propia experiencia
Este es uno de los puntos más importantes y que ha sido tema de debate en los últimos tiempos en lo que a la diversidad se refiere. Hace poco, por ejemplo, Halle Berry fue fuertemente criticada porque se mostró interesada en interpretar el papel de un hombre trans.
Por si esto fuera poco, siempre que habló del proyecto no dejó de referirse al personaje con los pronombres equivocados, como si su personaje fuese femenino. Por supuesto en redes sociales no pararon de hacerle ver que, además de que era algo que a ella no le correspondía hacer, tampoco estaba bien informada acerca de que los hombres trans SON HOMBRES. Y llamarlos por los pronombres equivocados es sumamente violento, pues significa invalidar su identidad.
La actriz terminó aceptando que en efecto se equivocó al querer interpretar este papel, diciendo que «la comunidad trans debería ser capaz de contar sus propias historias».
— Halle Berry (@halleberry) July 7, 2020
Algo similar pasa aquí. Por supuesto que no es lo mismo que un hombre heterosexual interprete a un hombre gay, a que un hombre gay empoderado se represente a sí mismo, inspirando a otros e infundiéndoles el valor de reconocerse como personas abiertamente homosexuales.
Por lo demás, así como entre hombres gays podemos jotear y decirnos «mana» o hasta «maricón» cuando esto viene con una connotación de amor y de cariño, (como en el libro “Quiérete mucho, maricón”), jamás va a ser lo mismo a que un hombre cis hetero venga y nos diga palabras que históricamente han sido utilizadas para ofendernos y herirnos.
El enfoque
Para nadie es secreto que ni el supuesto homenaje de Eugenio Derbez ni los personajes de Adrián Uribe u Omar Chaparro están hechos para enaltecer o dignificar a la comunidad. Vaya: que el personaje de Julio Esteban haya tenido una capa con mariposas (aludiendo a la palabra ‘mariposón’) o que haya tenido un PUÑAL en el hombro no son asuntos casuales.
Eugenio Derbez no ‘honraba’ a Walter Mercado, se burlaba de él
Todos estos personajes homosexuales fueron en su momento las únicas representaciones de la comunidad LGBT+ en medios masivos. Si estábamos ahí era para ser objeto de burla y para un consumo cis heterosexual. Lo que hacen Pepe y Teo, por el contrario, no solo se hace desde el interior de la comunidad y para ella, sino que se congratulan de ser quienes son, ayudando a otros a aceptar su propia identidad. Ellos simplemente SON, no están impostando nada.
La dinerita, como siempre…
Un punto final a considerar es que ninguno de los comediantes heterosexuales de la barra ya mencionada tuvo algún acercamiento positivo para con nuestra comunidad. Su ‘humor’ simplemente les sirvió para posicionar su propia imagen y finalmente lucrar con ello. Muchos gays crecimos con las frases y sobrenombres que ellos creían que eran graciosos para definirnos. Mientras ellos contaban dinero, nosotros acumulábamos complejos, lágrimas y no entendíamos por qué ser como éramos era razón suficiente para ser blanco de burlas y violencia.
Por otro lado, personas como Pepe y Teo tienen un enfoque muy distinto. En estos tiempos de pandemia, por ejemplo, ellos lanzaron un reality show casero llamado Toma mi dinerita. Con él buscan incentivar la cultura de la propina para los shows drag de calidad. Además, hacen lo que algunos han denominado como ‘social influencer activism’, que es, grosso modo, utilizar el poder de convocatoria que tienen entre la comunidad para hablar de temas importantes como el VIH, la salud sexual y reproductiva, la depresión, etc.
Así que la próxima vez que compartas un meme de este tipo (que no solo está mal estructurado y solo abona a la homofobia internalizada), pregúntate si estas analogías realmente son válidas.
Y como diría el mismo Ricardo Peralta al final de toda esta controversia: «¡Arriba los jotos afeminados!». (Y los que no lo son también, por qué no, que todos somos parte de la comunidad).