miércoles, noviembre 13, 2024

Romances prohibidos de santos LGBT+

Que nadie te engañe, te contamos de algunos romances prohibidos de santos LGBT+. 

No importa cuánto nos quieran borrar de la historia. Tampoco importa lo mucho que la iglesia y los conservadores quieran decir que, en sus círculos, la diversidad sexual no es una realidad. La verdad es que los LGBT+ hemos existido desde siempre y estamos en todos lados, hasta en la religión. Para quien no lo crea, estas son algunas historias de amor entre santos LGBT+ que la iglesia católica no quiere que conozcas. CONOCE TAMBIÉN SOBRE EL ROMANCE HOMOSEXUAL DEL REY DAVID.

Sergio y Baco

Ambos eran militares romanos durante el siglo IV. Sergio era primicerius, una especie de comandante. Baco, por otro lado, era secundarius, un oficial subalterno. Se dice que eran erastai (amantes) y que habían unido sus vidas en el rito de ‘hermandad’ llamado adelphopoiesis

En la Pasión de san Sergio y san Baco —escrita alrededor del siglo XI— se cuenta que algunos soldados, envidiosos del éxito de los dos amantes, le revelaron al emperador Maximiliano la fe cristiana que ambos profesaban. El emperador pidió a Sergio y Baco pagar tributos a Zeus, para comprobar su fe politeísta. Cuando estos se negaron, su martirio comenzó.

Ambos fueron golpeados hasta que Baco murió. Esa noche se le apareció a su amado Sergio en forma de un ángel y le prometió que en el cielo se reunirían como amantes. El día siguiente, Sergio fue obligado a correr con zapatos que tenían clavos en su interior. Finalmente, lo decapitaron. CONOCE A SAN SEBASTIÁN MÁRTIR, EL SANTO DE LOS LGBT+.

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“Sergio y Baco” de Alessio Ciani / Foto: Santos Queer

Polieucto y Nearco

El historiador John Bowell nombró a Polieucto y Nearco como una de las parejas del mismo sexo más antiguas del cristianismo. Su historia sucedió durante el siglo IV en Armenia. Polieucto era un soldado romano que además estaba casado. Nearco, por otro lado, era un cristiano. Fue el suegro del primero, Félix, el que comenzó a promover la persecusión de los creyentes de Cristo.

Nearco tenía miedo de ser descubierto, asesinado y de no poder encontrarse con Polieucto en la otra vida. Por esta razón, Polieucto decidió confesar su propia fe en Cristo. De acuerdo con el Martirio de Polieucto, el cual fue escrito alrededor del siglo X, el soldado romano le dijo a su amante:

«Aun cuando la muerte nos separase, nadie sería capaz de disminuir la devoción y el amor que tenemos el uno por el otro».

Polieucto confesó su cristianismo a Félix. Antes de ser decapitado, le dijo a Nearco que recordara su «pacto sagrado». Su muerte data de aproximadamente el año 259, aunque no se tiene registro de que Nearco haya sufrido el mismo destino que su amante.

Polieucto y Nearco / Foto: Fine Art America

Gala y Benedicta

Su historia tuvo lugar en el siglo VI, en Roma. Gala era una mujer de clase alta que estaba casada. No obstante, cuando su marido murió un año después de haber contraído nupcias, ella decidió que no quería volver a tener marido. Para evitar futuras propuestas de mano, se vistió de hombre y se puso una barba. Posteriormente fundó un hospital y convento cerca de la Basílica de san Pedro. CHECA LO QUE VIVIÓ UN CHICO GAY QUE FUE MONAGUILLO.

Fue ahí donde conoció a Benedicta, una monja enclaustrada. No se sabe mucho sobre sus vidas y, sobre el romance que llevaron, aún menos. A pesar de esto, san Gregorio cuenta que, poco antes de que Gala muriera de cáncer, san Pedro se le apareció.

«Una noche san Pedro se le apareció entre dos velas y ella le preguntó si todos sus pecados eran perdonados. San Pedro asintió y le dijo: “Ven, sígueme”. Pero Gala preguntó si su querida amiga Benedicta la podía acompañar».

San Pedro le dijo que luego de 30 días su amada Benedicta la seguiría al cielo. Y así sucedió. Gala murió y, un mes después, Benedicta la siguió al paraíso.

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Pocas imágenes se tienen de santa Benedicta. No obstante, son varios los cuadros como este que retratan a santa Gala. / Foto: Flickr

Bernard de Clairvaux y Malachy

Bernard de Clairvaux era un sacerdote y poeta místico del siglo XI. En varios de sus escritos relataba encuentros eróticos con Jesús, en los cuales llegaba al éxtasis (religioso o carnal, todo depende de las interpretaciones). Incluso la mayor parte de sus sermones los escribía basándose en el “Cantar de los Cantares”, uno de los pasajes más eróticos y románticos de la Biblia.

De Clairvaux conoció a Malachy cuando el primero tenía 50 años y el último 46. Bernard era el fundador de la iglesia de la Orden del Císter en Clairvaux, Francia, lugar que le dio su apellido. Por otro lado, Malachy era el arzobispo de la región de Armagh, en Irlanda del Norte. Se hicieron amigos íntimos enseguida. Tanto que incluso Malachy pidió al papa convertirlo a la Orden del Císter, cosa que le fue negada.

La primera vez que se vieron en persona fue en 1139. Su segundo encuentro fue en 1142, y mientras tanto mantuvieron una correspondencia sumamente íntima y apasionada. La segunda vez que se vieron, de acuerdo con el teólogo Richard Cleaver, Bernard de Clairvaux «bañó de besos» a Malachy. En su último encuentro, en 1148, Malachy se encontraba muy enfermo. Murió en los brazos de Bernard y fue él quien ofició la misa funeraria. Cuando De Clairvaux murió cinco años más tarde su tumba se colocó junto a la de su amante. DESCUBRE POR QUÉ DICEN QUE EL APÓSTOL SAN PABLO ERA GAY.

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Malachy de Arimagh y Bernard de Clairvaux / Foto: Pregunta Santoral

Estos son tan solo cuatro romances de santos LGBT+ olvidados (o borrados) por la iglesia católica. Como personajes, sus historias siguen siendo contadas y sus milagros y hazañas religiosas celebradas. No obstante, cuando se habla del amor que se profesaban estas parejas, muchas veces se rebaja a una simple ‘amistad’. Pero, no importa cuántas interpretaciones erróneas hagan los conservadores, nunca nos van a poder eliminar de la religión y mucho menos de la historia universal. CONOCE A ESTOS ARTISTAS LGBT+ QUE TRABAJARON PARA LA IGLESIA CATÓLICA.

¿Cuál de estas historias de amor entre santos LGBT+ es tu favorita? ¿Conoces otra que deberíamos de haber agregado?

Con información de Santos Queer, L’Armari Obert, Queering the church

Yet Akatzin Almazán
Yet Akatzin Almazán
Literata, volátil, y distraída, todo al mismo tiempo. Toco el bajo en mis ratos libres y soy malabarista cuando no hay dinero. Escribo cuentitos a veces. Tengo una morrita bien chida y por eso la presumo. Las ganas de darle un buen futuro a nuestros 11 gatos es lo que (a veces) me levanta en las mañanas.

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