No importa qué tan experimentada o cuidadosa seas, no podrás evitar que alguna vez te suceda uno de estos 5 accidentes que toda lesbiana vive en la cama.
Accidentes como caídas, moretones o jalones de pelo en la cama son algo que cualquier lesbiana vivirá en varias ocasiones. Pero hay otros más dolorosos que a continuación te compartiremos. HAZ ESTE QUIZ Y CONFIRMA SI ERES LESBIANA.
Un nudo (de pelo) en la garganta
Arrancamos nuestro conteo de accidentes que vive una lesbiana en la coma con el más común. Ya sabes, cuando tu cabello o el de tu pareja se interponen entre los besos y algunas caricias. No pasa nada, solo se ríen, lo quitan de en medio y continúan como si nada. Pero a veces, de repente sientes un malestar en la garganta. Hay algo que no te deja tragar bien. Está atrapado justo atrás de la lengua. Todo tiene que parar. Lo buscas desesperadamente y, cuando lo encuentras, lo jalas. Ahí te das cuenta de que quizá ese pelito que te estaba molestando no era tan pequeño como pensabas.

Cuando las sábanas se vuelven una escena de crimen
Tú o tu pareja pueden estar casi seguras de que aún faltan unos días para que les llegue el periodo. O, por el contrario, podrían estar muy confiadas en que ya terminó y en que se encuentran en zona segura. Sin pensarlo mucho, se dejan llevar. Cuando los instintos las abandonan y vuelve la razón, entonces se dan cuenta.
Hay manchas en los dedos, en la boca y en quién sabe cuántos lugares del cuerpo. Pero el verdadero problema llega cuando se levantan y miran la escena del crimen. ¿Cuántos métodos tendrán que probar para que las sábanas vuelvan a ser blancas? No puedes ni empezar a imaginártelo. CONOCE LOS ESTEREOTIPOS LÉSBICOS QUE QUISIÉRAMOS QUE FUERAN REALIDAD.

Cuando la novia casi se queda calva
Además de las intromisiones en los besos, tu cabello y el de tu pareja siempre se anda enredando en todos lados. En las pulseras, los collares, los aretes, entre los dedos, en la boca, con los lentes. Amarrarlo puede ayudar un poco, pero un solo pelo siempre encontrará maneras de enredarse en algún lado mientras su atención está en… otros lados.
La mayor parte de las veces tu pareja y tú se darán cuenta luego del primer tirón y sin problemas lo podrán desenredar. Pero hay otras veces en las que están tan metidas en sus asuntos que no se darán cuenta y, con un movimiento brusco y descuidado de la mano, una le habrá arrancado media cabellera a la otra. Siempre se vale sobar y dar besitos luego de eso. ESTAS SON 8 COSAS QUE SEGURAMENTE VIVIRÁS CUANDO TENGAS A TU PRIMERA NOVIA LESBIANA.

El horror: torcerte un dedo
Este es uno de los accidentes más tontos y a la vez más dolorosos que puede vivir una lesbiana en la cama. Quién sabe qué nueva posición se les ocurrió probar. O quizá fue el ansia y el hambre del momento que te hizo dar un paso en falso. No importa cómo fue, este es uno de los dolores más horribles de tu vida. Sacas los dedos y ruegas que por favor alguno no esté roto.
Durante los siguientes dos días no puedes moverlo bien y se hincha. Te preocupas y esperas unos días porque tienes miedo de ir al doctor y tener que contar qué estabas haciendo. Al final, todo regresa a la normalidad, poco a poco tu dedo vuelve a funcionar de manera normal. El susto se va, pero el aprendizaje queda para siempre. AQUÍ TE DECIMOS LAS COSAS QUE PIENSAN LAS LESBIANAS DURANTE Y DESPUÉS DEL SEXO.

¡Ay, un calambre! ¡¿En dónde?!
Cerramos esta lista de accidentes que toda lesbiana ha vivido en la cama con el más aterrador. Tu novia está subiendo al cielo encima de ti. No puedes hablar, tienes la boca ocupada, pero sonríes y disfrutas. De repente un crack. Sientes tu quijada ir hacia atrás y la sientes rígida. ¿Se habrá dislocado?
Ya has escuchado hablar de esto, y sabes que devolverla a su lugar es un proceso igual de doloroso que sacarla de ahí. Con mucho cuidado levantas a tu pareja y mueves la boca poco a poco. Duele, sí, pero todo parece estar en orden. Aunque, tal vez, preferirías cambiar de posición al menos por ahora, solo por seguridad.

Ciertamente, todas las parejas, y no solo las lesbianas, pasan por diferentes accidentes en la cama a la hora de echar pasión. Pero sobre advertencia no hay engaño, lesbianas. Así que ¡aguas!