No hay nada que te arruine más la noche que una persona nefasta. Estos son los 9 tipos de ligues más horribles que te puedes encontrar en el antro.
Los antros LGBT+ son un lugar sumamente especial de fiesta, ligue y encuentros clandestinos para sellar el trato. No obstante, hay personas tan nefastas que, una vez que te encuentran, se pegan a ti como sanguijuelas y te drenan toda la energía y felicidad que tenías. Estos son los tipos de ligues más horribles que te encontrarás en el antro.
La buga
Es la que sabe perfectamente que está en un antro gay y no le importa. Ella quiere ligar con el chico más guapo que se encuentre, sin importar que no se puede sentir atraído a ella de ninguna forma. Pareciera ser que piensa que, con su belleza y personalidad, puede cambiar algo que ni las ‘terapias de conversión’ pueden modificar.
El señor
Puede ser diez, veinte o hasta treinta años mayor que tú. Por la forma en la que se curvea su espalda sabes que a veces utiliza un bastón. Aun así, su objetivo es cazar a jovencitos ingenuos. Tú no eres uno de esos, pero eso no lo detiene para comenzar una de las conversaciones más incómodas que vas a tener en tu vida. SI A TÍ TE LATEN LOS SEÑORES, TE DEJAMOS UNOS TIPS PARA CONSEGUIRTE UN SUGAR DADDY.
El godín
No baila, ni se sabe la música. Además, ni siquiera se cambia para ir de la oficina al antro. Cuando se te acerca intentas ignorarlo, pero es tan malo haciendo conversación que logra hacerte sentir como si estuvieras en la oficina un lunes por la mañana.
El ilegal
Es el chico de 14 o 15 años que encontró la forma de entrar a antros sin que lo saquen. Está en busca de nuevas aventuras, pero se le nota que, además de ser menor de edad, es un descontrol con patas. Algo que te puede traer más problemas que beneficios aunque sea por solo una noche. TE CONTAMOS LAS DESVENTAJAS DE SALIR CON ALGUIEN MÁS JOVEN QUE TÚ.
El quejumbroso
Su forma de ligar es a través de la queja. Que el aire acondicionado está muy bajo, que hay mucha gente o la música es terrible. Las cervezas están quemadas y además están carísimas. Tú solo asientes e intentas seguir bailando. Pero el otro se esfuerza en quejarse para arruinar tu noche y hacer que te identifiques con su mala vibra.
El (extremadamente) borracho
Se te acerca y te habla como a un amigo, te abraza y te intenta besar sin siquiera presentarse. Cuando lo ves a la cara sabes que está demasiado borracho como para saber lo qu está haciendo. Y, aparentemente, te ha elegido a ti para soportar sus debrayes.
El buga curioso
Te dice cosas como: «Es mi primera vez en un antro gay». «Tengo novia, pero la verdad es que me gustaste mucho» y quién sabe cuantas otras cosas más. Puede ser muy guapo y musculoso, pero no hay nada más peligroso para los LGBT+ que una persona que no sabe lo que quiere y que se podría arrepentir de lo que está haciendo en cualquier momento.
El lioso
Se la pasa peleándose con todos. A gritos, lanzando bebidas y hasta con golpes. Cuando te lo encontraste, pensaste que podías pasar un buen rato con él. Pero, ahora que tiene unas copas de más, te das cuenta de que la gente también se enoja contigo por estar junto a él en cada pelea.
El intenso
Se dan unos besos, puede ser que tengan un encuentro en el baño. Cuando estás a punto de irte, te dice que se quiere ir contigo. No le importa que sus amigos lo estén apurando para tomar el taxi. Él se aferra al momento que acaban de vivir. Te pide tu número, tu Facebook, Instagram, Twitter y te dice que te quiere volver a ver. Algo que, definitivamente, tú no piensas hacer.
Hay noches en las que parece que el destino te quiere jugar una mala broma y manda al ligue más nefasto que te puedas imaginar. Por eso es importante aprender a rechazar a las personas de una forma que no lastime sus sentimientos y que, por ende, tampoco te traiga más problemas a ti. Si al final todos los intentos fallan, siempre te queda correr.