Cada quién es diferente y no hay que sentir presión; si aún no decides salir del clóset, hazlo cuando tú consideres que es mejor el momento.
Es común que las personas LGBT+ nos hayamos enfrentado a ciertos problemas al querer salir del clóset. Pues hablar sobre nuestros sentimientos y emociones puede hacernos sentir vulnerables frente a otros.
Todos hemos pasado por esos momentos de angustia, de querer revelar nuestro top secret con las personas a las que más queremos. Sin embargo, pese a los miedos, cruzar esa puerta puede traernos mucha liberación y tranquilidad con ser nosotros mismos; sin mentiras, ni pretensiones, ni máscaras. A continuación te contamos algunos problemas a los que nos enfrentamos las personas LGBT+ al salir del clóset. MIRA EL ORIGEN DE LA EXPRESIÓN ‘SALIR DEL CLÓSET’.
Decidir a quién contarle primero
Pueden ser a tus papás, tus amigos, una tía lejana, tu amix de la secu… o alguien que te inspire confianza. Lo ideal es que la primera persona a quien le cuentes sea alguien que te respete, y no te juzgue. Así te sentirás más seguro en tus siguientes revelaciones que hagas, en especial en aquellas que son difíciles de asumir.
Si estás ahí, comiéndote las uñas y preguntándote «¿quiénes me apoyarán?», puedes hacer tu lista de las personas que sí, los que no, y los que tal vez son de fiar. Te entendemos, no es chamba fácil, pero después de salir del clóset sabrás con quién sí cuentas y con quién no. Y qué mejor saber de una vez por todas quién está contigo y quién no.

Elegir el momento correcto
Es común dedicarle un buen rato a esto, pues queremos que todo nos salga bien. Queremos que la persona que elijamos para salir del clóset, no perciba está revelación como algo impulsivo. Definitivamente no puede ser después de una pelea con tus papás, mucho menos en el funeral de tu tía. Aunque, si crees que existe la posibilidad de que reaccionen mal, podrías considerar un lugar público para que se controlen y así desactivar un escándalo.

Escoger las palabras correctas
Esta es una de las cuestiones que más nos preocupan al momento de salir del clóset. Porque, como ya dijimos, queremos que todo salga bien. Pero la verdad es que las cosas casi nunca salen como las planeamos. Así que, aunque es bueno que tengas más o menos una idea de lo que vas a decir y cómo lo vas a decir, tampoco es necesario que te armes un discurso político. Di lo que salga de tu corazón.
Controlar el nervio
Los nervios que sentimos antes de salir del clóset son terribles y no es algo que le deseemos a nadie. Hasta el estómago te duele del estrés. Respira profundo y trata de tranquilizarte. En cuanto lo digas, los nervios se irán poco a poco. Quizá lleguen otras preocupaciones, pero te quitarás de encima ese peso que tanto tiempo te mantuvo con el nudo en la garganta.

Que te digan que es una ‘confusión’
No, ¡claro que nos tomamos nuestro tiempo para salir del clóset con nosotros mismos! Así que, lo que estás expresando, es porque estás totalmente seguro sobre cómo te sientes. Además, ¿por qué tendríamos que estar confundidos? «¿Tú estabas confundido cuando te diste cuenta de que eras heterosexual?» podrías preguntar a tu interlocutor.
Que te digan que eres ‘muy joven’ para saberlo
No necesitas una identificación oficial para saber lo que te atrae. Nuestra edad no nos hace menos capaces de conocernos y entender lo que sí nos gusta y lo que no —hay que cambiar el chip de que solo ‘los adultos tienen la razón’—.

Creer que a todos les tienes que decir
Con tus papás, tus amigos, tus tías, tus tíos, los abuelitos, los primos lejanos que tienes años sin ver… y la lista parece crecer y crecer. Pero tú tranqui, en realidad no tienes la obligación de decirle a nadie. Así como ningún heterosexual tiene que ir por la vida ‘saliendo del clóset’ como buga, tú tampoco tienes esa obligación por ser LGBT+.