sábado, abril 27, 2024

Resistencia LGBT+ en la Revuelta de octubre

El 18 de octubre de 2019, estudiantes de Chile liberaron los torniquetes del metro de Santiago. Ese fue el evento que inauguró la Revuelta de octubre, estallido social en el que la resistencia LGBT+ se mantuvo en la primera línea.

La comunidad LGBT+ ha estado presente en toda la historia Chile y la Revuelta de octubre (estallido social) de 2019 no fue la excepción. Tras el aumento de la tarifa del metro, alumnes de las escuelas secundarias tomaron las instalaciones del transporte público y llevaron a cabo la acción del metro popular. Tan pronto les ‘cabrites’ mostraron su indignación, el Gobierno de Sebastián Piñera cercó las calles con numerosas filas de carabineros.

Días después, más de 1.2 millones de chilenas y chilenos tomaron las principales avenidas de la ciudad de Santiago para exigir la destitución del mandatario. De ahí en adelante, todos los rincones de Chile se convirtieron en volcanes que entraron en erupción por el hartazgo de la privatización del sistema de acceso al agua, la salud y educación.

Parte del pueblo mapuche se trasladó a las zonas urbanas para recordar que la lucha también era una contrarrespuesta al despojo, la persecución y el olvido institucional. Otres habitantes se quedaron a defender el territorio y organizaron las ollas comunes.

Por su parte, las células de Las Tesis empezaron a formar un tejido. Exigían un alto a la violencia sexual. Mientras tanto, las y los adultos mayores solicitaban un sistema de pensiones más justo. A la par, la resistencia LGBT+ dejó claro que la Revuelta de octubre y el estallido social también encontraban como motivo la violencia por parte del Estado respecto a las orientaciones e identidades sexogenéricas diversas. Frente a las exigencias de una sociedad que gritaba «no son $30, son 30 años», el ejecutivo optó por reactivar uno de los episodios más dolorosos para Chile: el uso excesivo de la fuerza por parte de los ‘pacos’.

Agresiones por parte de los carabineros

Al día de la escritura de este artículo (18 de octubre de 2021), Amnistía Internacional documentó más de 8000 víctimas de violencia estatal y 400 casos de trauma ocular. Asimismo, el 3 de febrero de 2020 el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) detalló que entre octubre de 2019 y enero de 2020 se registraron al menos 23 abusos de corte homofóbico y transfóbico.

«¡Piñera, hijo de Pinochet!» se escuchó entre las voces de la primera línea. La falta de transparencia respecto a las violaciones a los derechos humanos durante las protestas obligó a que los organismos presentaran informes de manera general. Sin embargo, organizaciones como Corporación Chilena de Personas Trans Amanda Jofré, Feministas Autónomas y Agrupación Rompiendo el Silencio elaboraron su propia base de datos. De acuerdo con el informe Violencias a cuerpxs disidentes en Chile, durante las protestas de la Revuelta de octubre y el estallido social de 2019, personas LGBT+ reportaron los siguientes modos de agresión:

  • Violencia selectiva
  • Misgendering
  • Humillación pública en razón de la identidad de género y orientación sexual
  • Amenazas de ‘violación correctiva’
  • Tortura sexual

Conforme a dicha información, se sabe que la mayor parte de las agresiones se suscitaron en la región metropolitana de Santiago. Tanto en la marcha del 25 de octubre de 2019 como en las que la sucedieron, la indignación del colectivo LGBT+ se hizo presente en los mítines en donde les compañeres denunciaban que los carabineros habían utilizado un lenguaje LGBTfóbico. En reiteradas ocasiones, los uniformados se refirieron a elles con palabras como «mariconcitos» y «bolleras de mierda».

Violencia sexual en razón de orientación sexual e identidad de género

Tal y como lo denunciaron Las Tesis y la Coordinadora Feminista 8M, la violencia sexual fue, nuevamente, un modus operandi del Estado. El 23 de octubre de 2019 una pareja de lesbianas protestaba pacíficamente en la zona norte de Chile. Ambas chicas fueron interceptadas y tocadas indebidamente por carabineros.

Asimismo, el 21 de octubre de ese año un estudiante de medicina que brindaba primeros auxilios fue detenido. Los pacos lo golpearon hasta dejarlo inconsciente. Cuando despertó, lo obligaron a que se desnudara y lo abusaron sexualmente con un bastón de servicio.

Casos como el de les jóvenes fueron situaciones a las que se enfrentaron personas LGBT+ durante las manifestaciones de la Revuelta de octubre y el estallido social. Por supuesto, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) guardó (y sigue guardando) silencio frente a la mayoría de las agresiones. ENTÉRATE DE LAS PARTICULARIDADES DE LA VIOLENCIA POLICIAL CONTRA PERSONAS LGBT+.

¡Maricas, bolleras, trans y biclas unidas!

Para ser el contrapeso de un Gobierno altamente violento, cada sector de la población chilena encontró sus dispositivos de subversión. El rol de la comunidad LGBT+ en la Revuelta de octubre y el estallido social causó incomodidad porque demostró que la digna rabia también se puede organizar a través del goce.

A espaldas de les fotoperiodistas Nicole Kramm y Bastián Cifuentes Araya se encontraba Kevin Ortiz Valdés, un joven de 19 años que encontró en el voguing una protesta lo suficientemente fastidiosa para los carabineros. Durante su libre y privilegiado tránsito por la Plaza Italia, los milicos se cruzaron con un contingente LGBT+ que les recordó que «las maricas están unidas».

Todes estaban cansades de que los pacos les miraran por debajo del hombro. Frente a la pretendida higiene visual que deseaba el Estado chileno, Kevin —quien en ese entonces estudiaba Periodismo— se paró frente a 30 de ellos. Los retó a partir de una mirada que incomoda más que la del contacto visual: la del cuerpo. Para Kevin, así como para muchas personas LGBT+ que manifestaron su rechazo por la privatización del agua y las detenciones arbitrarias, el voguing fue un acto de protesta y rebeldía. Volvieron de la incomodidad de los uniformados una pasarela.

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Él es Kevin, joven que incomodó a los pacos a través del voguing. / Foto: Twitter (@Maia_Debowicz)

Además del voguing, las personas LGBT+ estuvieron presentes en la Revuelta de octubre a través del arte callejero, la fotografía y los performances de las Baila capucha baila. Consolaron a las madres que aguardaban por sus hijes detrás de los camiones de los milicos. Cuidaron al Negro Matapacos y acuerparon a sus hermanes durante las pintas a la Torre Telefónica.

Por una Constitución incluyente

Para quienes les era difícil salir, hicieron de sus hogares un semillero del que florecieron varias propuestas constituyentes. En el plebiscito del 25 de octubre de 2020, la resistencia trans acudió a las urnas y subrayó que la nueva Constitución chilena debía reconocer a las personas desde la diversidad. Para las personas LGBT+ que salieron bajo el lema: «Sí apruebo», la ruptura con el documento pinochetista también implicaba reconocer y garantizar sus derechos.

Desde distintos colectivos se abogó por el respeto a las identidades sexogenéricas disidentes, las familias diversas y las uniones matrimoniales no heterosexuales. Para la comunidad LGBT+, así como para el resto de la comunidad chilena que estuvo en la primera línea de la Revuelta de octubre y el estallido social, la dignidad no se limita a un reconocimiento formal, sino tangible. ASÍ VA EL TEMA DEL MATRIMONIO IGUALITARIO EN CHILE.

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La nueva Constitución de Chile debe incluir a la población LGBT+. / Foto: HOY

¿Cuál piensas que fue el rol de la comunidad LGBT+ en la Revuelta de octubre y el estallido social de Chile? Te leemos en los comentarios.

Ana Flores
Ana Flores
she/her/they/ellæ. Escribo sobre diversidad sexual, justicia reproductiva y movimientos sociales.

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