martes, marzo 19, 2024

Historia de los 14 hombres gay quemados en CDMX

Lugares icónicos de lo que hoy conocemos como CDMX fueron escenario de una persecución contra 14 hombres gay que terminaron siendo quemados por las autoridades.

El 6 de noviembre de 1658 se cometió el que podría calificarse como el peor crimen de odio de la historia de CDMX, cuando 14 hombres gay fueron quemados luego de que se descubriera que mantenían relaciones en vecindades de distintos barrios.

Esta historia real de terror comenzó el 27 de septiembre de 1657. Ese día, unos niños llegaron con Juana de Herrera, una mujer que se encontraba lavando ropa en el barrio de San Lázaro. Los chicos contaron a Juana que habían visto a 2 hombres «jugando como perros uno encima de otro con los calzones abajo».

Juana acudió al lugar que le señalaron los niños y descubrió a 2 hombres teniendo relaciones, por lo que presentó una denuncia ante las autoridades. Dicha denuncia daría lugar a una persecución que culminó con 14 hombres gay quemados en lo que hoy es CDMX.

El caso de Cotita de la Encarnación

Uno de los hombres descubiertos en pleno acto sexual fue identificado como Juan de la Vega Galindo. Se trataba de un mulato de alrededor de 40 años que vivía en lo que hoy conocemos como La Merced. Juan era conocido por usar un pañuelo en la cabeza que utilizaban las mujeres de la época. Además, solía menear las caderas al caminar, se sentaba ‘como mujer’ y ejercía el oficio de lavandero.

Al enterarse de que había sido denunciado, Juan huyó y se escondió con 3 amigos en una vecindad. Sabía que quienes eran acusados de sodomía (en aquel entonces no existía la palabra ‘gay’) eran quemados en lo que actualmente es la zona de San Lázaro, en CDMX. Sin embargo, las autoridades lograron localizarlo. Y no solo eso, sino que además lo atraparon desnudo junto a sus 3 amigos, por lo que todos fueron apresados. ENTÉRATE DE HASTA CUÁNDO LA HOMOSEXUALIDAD FUE DELITO EN MÉXICO.

Al ser interrogado, Juan reconoció que recibía en su vecindad visitas de hombres con quienes tenía relaciones pidiéndoles que le llamaran Cotita de la Encarnación. La palabra ‘cotita’ era utilizada en aquel entonces como sinónimo de ‘mariquita’. Además, Cotita confesó que no era el único que cometía el pecado nefando, como se llamaba a la homosexualidad.

Cotita de la Encarnación era uno de los hombres gays quemados en CDMX
Imagen de Cotita de la Encarnación / Foto: Ulisex

Señora la Grande

A partir de las confesiones arrancadas a Cotita mediante tortura, las autoridades rastrearon una red de más de 100 hombres que cometían el pecado nefando. En sus investigaciones, que culminarían con 14 hombres gay quemados, también descubrieron que quien inició la red era un anciano español apodado por todos como Señora la Grande.

A su vez, Señora la Grande llegaría a reconocer sin remordimiento que llevaba más de 30 años teniendo relaciones con otros hombres en vecindades de la actual CDMX. De acuerdo con la Cronología Mínima de la Historia LGBTTTI de la Ciudad de México elaborada por el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de Ciudad de México (Copred), se trató de la primera red de trabajo sexual masculino de la que se tiene registro en la historia del país.

Clasismo desde tiempos coloniales

Pero si había más de 100 hombres gay de CDMX involucrados, ¿por qué solo 14 fueron quemados? De acuerdo con un artículo de Eva Martínez Román, publicado en Chilango, «de los más de 100 acusados solo resultaron procesados 15, justo los que pertenecían a los estratos marginales de la ciudad». Uno de los procesados era menor de edad, por lo que solo se le castigó con azotes. A los 14 restantes se les condenó a la hoguera.

La sentencia se ejecutó el 6 de noviembre de 1658 en el quemadero de San Lázaro, no sin que antes se permitiera a la muchedumbre lanzar piedras y escupitajos a los acusados de sodomía.

¿Tú ya conocías la historia de los 14 hombres gay quemados en lo que hoy es CDMX?

Con información de Copred y Chilango

Edgar Ulises
Edgar Ulises
Hago periodismo y comunicación política. Sigo la actividad legislativa: ahí nos representan o nos joden. El cambio está en los movimientos sociales.

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