La obra fotográfica de Agustín Martínez Castro es un ejemplo de cómo es posible combinar el activismo político con las prácticas artísticas.
Aunque nació en Veracruz, Agustín Martínez Castro (1950–1992) se formó como comunicólogo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en CDMX.
Pocos años más tarde, en 1978, se convirtió en uno de los fundadores del Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR). Casi al mismo tiempo comenzó su actividad artística.
Y es que Martínez Castro se dio cuenta de la importancia que podía tener la imagen como herramienta política para el Movimiento de Liberación Homosexual de México.
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Así, se convirtió en uno de los principales testigos fotográficos de esa salida del clóset masiva que significaron las primeras Marchas del Orgullo Homosexual en México.
Sus imágenes desclosetadas fueron una respuesta al conservadurismo y moralismo de los medios de comunicación de su tiempo, que se empeñaban en representar a gays y lesbianas como seres depravados.

Solo hay que recordar las imágenes amarillistas de los ‘mujercitos’ que constantemente aparecían en Alarma.
O las representaciones de homosexuales que salían en la televisión y el cine, siempre hechas desde una mirada homofóbica y denigratoria.
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Las imágenes de Agustín Martínez Castro fueron realizadas desde la mirada del afecto, de la dignidad y el orgullo de un homosexual comprometido con la lucha por sus derechos.
Sus fotografías las podemos dividir en tres temas igual de importantes para la memoria histórica de la comunidad LGBT+ mexicana.
La toma del espacio público
En este grupo entran las fotografías que Martínez Castro realizó de diferentes marchas y protestas donde lesbianas y gays hicieron presencia organizada en el espacio público.
Empezó en 1978, en la conmemoración de los diez años del movimiento estudiantil del 68, y continuó con las primeras Marchas del Orgullo.
Destacan fotografías de activistas históricos, como Juan Jacobo Hernández y Gerardo Ortega (La Mema), gritando consignas o haciendo una pinta conmemorativa del ‘Mes del Orgullo Homosexual’.

También vemos cómo travestis y homosexuales, con sus cuerpos y expresiones disidentes, reivindicaban su derecho a existir y a dejar de ser acosados por la policía en sus constantes razzias.
Los vemos apropiándose del lenguaje opresivo con el que históricamente fueron –y seguimos siendo– objeto de burlas, para así reclamar su derecho a ser diferentes.
Sí, soy joto. «…Y?», nos dicen en las jotografías de Martínez Castro, las cuáles también se usaron por el FHAR como parte de su propaganda.

Vida nocturna
Otro tema que destaca en la obra de Agustín Martínez Castro es el de la vida nocturna LGBT+ de los años 80 en Ciudad de México y su área metropolitana.
Por ejemplo, la serie Noche de reinas en el Spartacus (1987) es un testimonio del ambiente festivo que se vivía en uno de los principales centros nocturnos de entonces.
Era un concurso de belleza, donde Martínez Castro fotografió a les concursantes desfilando y posando con sus coronas.

Por otra parte, en una foto de la serie De 10 a 11 p.m. (1985) podemos ver a travestis maquillándose en los camerinos antes de salir al escenario.
Todas estas fotos muestran las claras subversiones a los roles y expresiones de género que realizaban sus protagonistas.

Teatro y cabaret gay
Un tercer tema que Agustín Martínez Castro plasmó en su obra fue el inicio del teatro y el cabaret gay militante en México.
Sobre esto es testimonio la serie Marquesina: homenaje a Tito Vasconcelos (1988), compuesta de fotografías del actor y activista Tito Vasconcelos.
En estas fotos, lo vemos personificando sus versiones de destacados personajes femeninos como Marilyn Monroe o Catalina Creel, o en la puesta en escena Y sin embargo se mueven.

Son fotografías de gran importancia porque testifican el inicio de una forma de hacer teatro y activismo político que en aquella época no era tan común como ahora.
Agustín Martínez Castro falleció en Acapulco en 1992, cuando tenía solo 42 años de edad.
Desgraciadamente, durante las siguientes décadas su obra fotográfica, aunque resguardada en algunos archivos, quedó prácticamente en el olvido de la mayoría del público.

Afortunadamente, en 2018, el curador César González-Aguirre montó una exposición de Martínez Castro en el Centro de la Imagen titulada Piratas en el boulevard. Irrupciones públicas, 1978 -1988.
Con esta exposición, el curador realizó un importante rescate de la memoria histórica de la comunidad LGBT+.
Las imágenes captadas por Martínez Castro son de gran relevancia para comprender nuestra historia y conocer el largo camino que hemos recorrido en la lucha por nuestros derechos.