En Twitter, una chica trans mostró la quema de los libros de Harry Potter.
Para mostrar su desacuerdo con los comentarios de la escritora J.K. Rowling, una chica trans prendió fuego a los libros de la saga Harry Potter. A través de su cuenta de Twitter, una usuaria identificada como Tess 5G compartió un video en el que hace una fogata con títulos como El prisionero de Azkaban, La orden del Fénix y El príncipe mestizo. MIRA CÓMO J.K. ROWLING SE HUNDIÓ EN TUITS TRANSFÓBICOS.
En la publicación, Tess expresó que la literatura de Rowling fue catártica durante su infancia. No obstante, quiso hacer público su rechazo a la postura transfóbica de la autora. Además de las fotos y el videoclip, la joven anexó un mensaje en el que exhorta a brindar apoyo a las fundaciones de personas trans.
El cáliz de fuego que inició Tess confrontó —una vez más— a usuaries de redes sociales. Algunes aplaudieron las acciones, pues las consideraron «muy punk». Otres compartieron imágenes de la quema de libros en Bebelplatz (1933). Y un par habló de la instauración de «un nuevo oscurantismo». Se compartió un Adolf Hitler con la bandera del Orgullo y se empezó a especular que estas actitudes se debían al comunismo. (I know, right!) ASÍ SE DIRIGIÓ HUMAN RIGHTS CAMPAIGN A J.K. ROWLING.
Por su parte, hubo otras personas que no consideraron esto un acto punk ni una expresión fascista. La propuesta fue que, si ya no pensaba leerlos, los donara a les niñes para que formaran un criterio propio respecto a la obra de J.K. Rowling. Por supuesto, algunas respuestas a los tuits de Tess expusieron el discurso de odio hacia las personas trans.
cancel culture wins again pic.twitter.com/XWKJWyM1ex
— Tess 5G (@thot_piece) March 21, 2021
¿Ganó la cultura de la cancelación?
Aunque Tess 5G tituló sus tuits bajo la leyenda «la cultura de la cancelación volvió a triunfar», la verdad es que este fenómeno debe ser analizado con mayor detenimiento y sin quedarse en un maniqueísmo.
Como bien sabrás, J.K. Rowling no es la primera figura que protagoniza la cultura de la cancelación. Desde 2018 hemos retomado este debate cuando hablamos de Cristal Castles o Kanye West. Por lo general, quienes se empeñan en decir que «la cultura de la cancelación es puro berrinche de la generación mazapán» abordan esto únicamente desde sus consecuencias monetarias.
Es cierto: con la cancelación, algunas figuras logran mayor visibilidad. Incluso la propia J.K. Rowling es un ejemplo de eso. Después de ser señalada por transfobia, la venta de sus libros subió un 27%. But that’s not all. También es útil pensar en los efectos que puede tener la cancelación en los terrenos simbólicos, pues no podemos perder de vista que ya no existen figuras intocables. ENTÉRATE DE CÓMO EMMA WATSON (A.K.A HERMIONE) LE CONTESTÓ A J.K. ROWLING.
Más que decir «kill your idols!», atrevámonos al question your idols! En el caso específico de J.K. Rowling, considero más potente que adolescentes trans uniformades con playeras de Gryffindor, Slytherin, Ravenclaw y Hufflepuff le recordaran a la autora que su identidad no está a discusión.
Pensemos la cultura de la cancelación desde las dinámicas en las que opera el poder. Porque it’s true: la cultura de la cancelación puede modelar falsos aliados. En la jerga de Twitter a esto último se le conoce como «hacerse la/el woke».
¿Qué piensas de que esta chica trans haya quemado los libros de Harry Potter?
Con información de Twitter