martes, diciembre 10, 2024

Homosexualidad y vampiros: de la metáfora al imaginario cultural

Te compartimos algunos detalles de la relación entre los vampiros y la comunidad LGBT+.

La relación entre la homosexualidad, la comunidad LGBT+ y los vampiros es tan amplia como el simbolismo que tienen estas criaturas en el imaginario social y la cultura popular. El vínculo entre una orientación sexual e identidad de género no normativa atraviesa a los personajes creados por Bram Stoker, Friedrich Murnau, Harry Kümel, Theresa Bane y Angela Sommer.

A la —no— existencia de los vampiros, como a la homosexualidad y las dinámicas de vida de las personas LGBT+, se le abordó desde todas las ópticas del conocimiento: desde las ciencias más escépticas hasta la antropología y literatura. Incluso, la Universidad de Pittsburgh tiene en sus planes de estudio una materia en la que las y los estudiantes analizan cómo la desobediencia sexual es uno de los elementos centrales en la consolidación de una de las figuras más importantes del cine.

La construcción narrativa de los vampiros y la homosexualidad atravesó por todos los lugares posibles. Para algunes fue el punto de partida para el diseño de otros personajes (tal es el caso con Sheridan Le Fanu y su novela, Carmilla). Para otres fue un aditivo a la historia. Como ejemplo: Drácula (1897).

La sexualidad es una característica muy importante en la construcción de los vampiros. / Ilustración: KC Raven (@uniquenotfreak)

Vampiros y el símil con la homosexualidad

A los vampiros y les integrantes de la comunidad LGBT+ nos une una metáfora poco agradable. Para muches, la sexualidad —como el deambular de estos ‘monstruos’— sigue siendo una personificación del miedo. Los sectores conservadores no tienen impedimentos para hacer una descripción paralela de nosotres y les protagonistas de historias de la cultura gótica. CHECA ESTAS 6 PELÍCULAS CON VAMPIROS GAY.

A la fecha, grupos antiderechos nos siguen retratando bajo la misma ‘perversidad’ de la condesa Isabel Báthory (Erzsébet Báthory). Pretenden imponernos sus modelos de sexualidad y estándares corpóreos. Se cree que, como la condesa, nos alimentamos de la sangre para mantenernos hasta lo más alto de la pirámide.

A los vampiros, antes de asesinarlos, los sentencian en la corte. Lo mismo sucede a los ojos de una sociedad que condena la homosexualidad entre mujeres. ¿Qué tanta similitud tiene el poema “Christabel” de Samuel Taylor Coleridgen con la forma en la que se nos ve a las lesbianas y bisexuales?

A pesar de que cada día los derechos de la comunidad LGBT+ se consolidan como conversación universal, en muchos hogares se replica la idea fatídica que expusieron Karl Heinrich y Eric Stenbock para abordar el tema de la homosexualidad.

Gran parte de la literatura de vampiros es un acercamiento a la homofobia que ha formado parte de los recursos narrativos dentro y fuera de las industrias culturales. En este caso, la interpretación no es algo meramente personal. Discusiones similares forman parte de volúmenes enteros de libros y de formaciones académicas. Una de ellas es la del crítico literario Bram Dijkstra, quien relató todas las dificultades a las que se enfrentó la escritora Anne Rice para sacar del clóset a su protagonista en The Vampire Diaries.

Sapphic vampires

Sin embargo, también fue desde la figura de los vampiros que se pudo hablar de la existencia de la homosexualidad en la historia. Como ejemplo tenemos los relatos de La muchacha de los ojos dorados y La comedia humana. En ellos, Balzac nos da algunos rasgos para pensar en el vínculo de las mujeres más allá de la amistad o de la retórica machista de la enemistad.

Para esto, el cine también ha sido una vía clave. ¿Qué lenchipareja no se ha sentado a palomear con The Vampire Lovers (1970)? En caso de que quieras maratonear con algunas películas de vampiras sáficas puedes ver Blood and Roses (1960), Daughter of Darkness (1971), Lust for a Vampire (1971), Nadja (1994) y Vampyres (1974).

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Lust for a Vampire es una de las películas que retratan la historia de vampiras sáficas. / Foto: Indie Wire

A su vez, los relatos de vampiros y homosexualidad entre mujeres nos han permitido hacer una crítica al discurso misógino que, desgraciadamente, es milenario. Para entender gran parte de la cotidianidad a la que tenían que hacer frente las lesbianas en el siglo XIX basta con leer detenidamente La novia de Corinto de Johann Wolfgang von Goethe.

¿Oscar Wilde como vampiro?

A pesar de los ejes discursivos criminalizantes, los cuentos de vampiros también tuvieron un rol fundamental en el abordaje de la homosexualidad y las prácticas sexuales de las personas LGBT+. Fue específicamente con Drácula que Bram Stoker escribió que la sexualidad no se reducía al sexo. También deslindó a este de su carácter meramente reproductivo.

Por supuesto, no fue una propuesta exclusiva de Stoker. Antes, el vínculo entre el misticismo y la sexualidad formó parte del trabajo de Madame Blavalsky. A la historia de Drácula la rodean muchísimas hipótesis. Una de ellas fue que el protagonista está inspirado en Oscar Wilde. Se dice que cuando Wilde estuvo preso (1895) Bram fue una de las personas que más lo visitaron. Bram Stoker comenzó a escribir el libro un mes después de que su compañero fue sentenciado. Entre las comunidades literarias se rumora que Stoker tuvo que borrar el nombre de Wilde en los manuscritos.

¿Qué otro dato histórico consideras que relaciona a los vampiros con la comunidad LGBT+?

Con información de Anuario de Letras Modernas (Vol. 9, 1998-1999), A Wilde Desire Took Me”: The Homoerotic History of Dracula (Talia Schaffer, 1994) National Geographic y El Español

Ana Flores
Ana Flores
she/her/they/ellæ. Escribo sobre diversidad sexual, justicia reproductiva y movimientos sociales.

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