Con 242 votos a favor, 7 en contra y 5 abstenciones, la Cámara de Diputados aprobó en lo general la reforma para desparecer el Fondo de Salud para el Bienestar.
Resulta sorprendente que en medio de la presente pandemia haya diputados y diputadas que voten a favor de desaparecer el Fondo de Salud para el Bienestar, lo cual pondría en riesgo la vida de muchas personas, entre ellas las de quienes vivimos con VIH.
Nos cuesta creer que legisladores de Morena pongan de pretexto la COVID-19 para tomar dinero que se utiliza para la atención de muchas más enfermedades que representan un alto costo en su tratamiento para los bolsillos de los mexicanos. Esta ha sido una práctica recurrente y sistemática desde el inicio de esta administración.
Basta recordar las protestas que se hicieron en febrero pasado afuera de las instalaciones del IMSS, para darnos cuenta de que el VIH, para este gobierno, no es una prioridad. Por el contrario, se pone en riesgo la vida de las personas con un diagnóstico positivo.

Ahora van por nuestros recursos
La epidemia de VIH en México está concentrada en dos poblaciones clave, que son mujeres trans y hombres que tienen sexo con otros hombres, en su mayoría homosexuales o bisexuales.
Desde hace unas semanas, desde el Palacio Nacional se dio la instrucción de la desaparición de todos los fondos y fideicomisos públicos, entre ellos el Fondo de Salud para el Bienestar, que sirve para la atención de 66 enfermedades crónicas, entre ellas distintos tipos de cáncer y el sida, enfermedad ocasionada por el VIH cuando quien lo padece no inicia el tratamiento antirretroviral correspondiente.
Nos preocupa que los legisladores de diversas fracciones parlamentarias en la Cámara de Diputados, orquestadas por Morena, estén cometiendo un atentado directo en contra de la salud de millones de mexicanos al querer desaparecer el Fondo de Salud para el Bienestar, pues de este salen los recursos para la atención de las personas que vivimos con VIH.
Sin tratamiento, una persona con VIH morirá
Es importante recordar que, para una persona con VIH, es necesario llevar un adecuado seguimiento médico. Este incluye la disponibilidad del tratamiento antirretroviral, el cual representa nuestra única forma de mantenernos con vida. Abandonar siquiera un día este tratamiento puede acarrear consecuencias graves para nuestra salud, incluso la muerte.
No es suficiente el estigma, la discriminación, la falta de empleo, la ansiedad, el duelo, el miedo, el desabasto continuo, la invisibilización misma de nuestras vidas y nuestros sueños, ahora también tenemos que pelear por que no se nos quiten los recursos que permitan la atención medica, clínica y hospitalaria necesaria.
Es lamentable que un gobierno y los legisladores aliados a este sean los encargados de desaparecer el Fondo de Salud para el Bienestar, un fondo de aproximadamente 33 mil millones de pesos, dejando en vilo la atención, el seguimiento y prácticamente la vida de las personas con cáncer cérvicouterino, cáncer de colon, hepatitis C y otros padecimientos, así como de las personas que vivimos con VIH.

Diputados y diputadas votaron a favor de la desaparición del Fondo de Salud para el Bienestar
Con 242 votos a favor, 7 en contra y 5 abstenciones, Morena y sus aliados del PT, PES y Verde en la Cámara de Diputados aprobaron en lo general la reforma para que el Fondo de Salud para el Bienestar reintegre 33 mil millones de pesos a la Tesorería de la Federación, dejando así ese fondo vacío para la atención integral de 66 enfermedades crónicas.
El día de hoy los legisladores tuvieron dos vías: escuchar a la sociedad civil, a las personas con cáncer y a las personas con VIH o atender las órdenes del presidente, un mandatario que poco escucha a aquellas poblaciones que un día dijo proteger. Con base en ello, hoy sabemos en favor de quién legislan.