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Historias de terror haciendo cruising en el Metro

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cruising en metro portada
Hay historias muy extrañas que contar cuando se trata de hacer cruising en el Metro. / Foto: Head Topics

Si quieres saber qué se esconde entre las sombras del metro y su último vagón cuando cae la noche, estas son tres vivencias terroríficas de hacer cruising en el Metro de CDMX.

Con más de 50 años en operación, el Metro de CDMX se ha convertido en un lugar lleno de secretos e historias. Por ello, Homosensual entrevistó a un joven que regularmente practica el cruising en el metro. Estas fueron las experiencias más terroríficas o fuera de lo normal que ha vivido dentro y fuera del último vagón. Te las ponemos en primera persona, para que las leas tal como él nos las contó. CONOCE EL ORIGEN HISTÓRICO DEL CRUISING GAY.

Eso sí, antes de comenzar te recordamos que metrear es una falta administrativa gracias a la cual puedes llegar a tener problemas legales. No obstante, si es tu decisión continuar realizando esta práctica, no olivides utilizar condón en cada una de tus interacciones. También es importante que te hagas pruebas para detectar infecciones de transmisión sexual (ITS) de manera regular. Ahora sí, vamos a las historias de terror.

El pervertido que resultó ser policía

Una noche acompañé a un amigo al metro luego de pasar una tarde viendo películas en mi casa. Como no tenía nada que hacer, decidí subirme al metro, al vagón de hasta atrás, cerca de la última puerta. Casi llegando encontré a un chico que inmediatamente me miró y me hizo la señal que todos conocemos: una barrida rápida que te indica que te quiere conocer más de cerca, aunque sea solo la entrepierna.

Nos bajamos en metro Refinería, uno de los más conocidos para hacer cruising, y me dijo de un lugar llamado ‘los Magueyes’ donde podíamos salir a… conocernos mejor. Salimos del metro y fuimos a unas vías que están junto a la salida. Ahí nos metimos atrás de unos magueyes. Pronto nos dimos cuenta de que cerca del lugar en donde estábamos había un hombre viendo. No le dimos importancia, pensamos que estaba ahí solo para observar. DESCUBRE TAMBIÉN LAS HISTORIAS CLANDESTINAS DE LOS LGBT+ TAPATÍOS.

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La sorpresa nos llegó cuando se nos acercó y sacó una placa de policía. Nos dijo que nos remitiría al MP más cercano. No importó cuánto le rogáramos, su objetivo era remitirnos o sacarnos cada peso y cosa de valor que llevábamos. Al final, le dije que era menor de edad (aunque en realidad ya tenía 20) y que no podía hacerme nada sin el conocimiento de mis padres. Intentó convencerme de que era una vergüenza para mi familia, pero no le funcionó. Salí de ahí como si nada. ACÁ TE EXPLICAMOS QUÉ ACTOS EN LA VÍA PÚBLICA TE PUEDEN LLEVAR AL MP.

No es no, aun en el último vagón

Esto pasó una vez que estaba regresando de casa de una amiga. Subí al metro, al vagón de atrás, solo por costumbre. No tenía intenciones de hacer nada. Estaba cansado y solo quería llegar a mi casa. Los asientos del metro son de los que están pegados a la pared en dos hileras y frente a mí había un señor viéndome fijamente. No le di atención, pero él comenzó a hacer ruidos raros, a verme de pies a cabeza y a mandarme besos. CHECA ESTOS LUGARES PARA DIVERTIRTE CERCA DEL METRO CHABACANO.

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Cuando bajé en mi estación me di cuenta de que el señor me estaba siguiendo. Intenté salir rápido para perderlo, pero no pude. Me gritaba que me quería conocer, que me veía muy rico. Quería correr, pero no podía. Saliendo de la estación, afortunadamente, estaban mis padres esperándome para llevarme a mi casa. Subí con alivio al coche y solo vi cómo el señor se despedía de mí con una sonrisa irónica. Esa fue la primera vez que me sentí acosado y nunca había sentido tanto miedo. ESTAS SON 5 COSAS QUE NOS ENCANTAN DE UN GAY CHACAL.

Es mejor que algunos encuentros no pasen a más

Tengo que tomar el metro para llegar a la universidad. Odio entrar en la mañana porque el camino siempre es eterno y lleno de gente. Una mañana en la que ya iba tarde, como de costumbre, me subí al vagón de atrás que ya venía particularmente lleno. Antes de abordar incluso tuve que dejar pasar tres metros. Una vez adentro, me alcancé a acomodar en una esquina y ahí me encontré con unas manos juguetonas que me hicieron el día. Cuando iba a bajar, el tipo de barba me enseñó la pantalla de su celular para que le diera mi número. Lo escribí y le susurré un nombre falso, como siempre.

En la noche recibí un mensaje que me puso la piel de gallina: «Hola, [nombre falso]. Ya tenía tiempo que te quería conocer». Al inicio pensé que era alguien de Grindr, pero luego recordé lo que había pasado en la mañana. No le contesté y nunca lo he hecho, pero hasta la fecha sigo recibiendo mensajes de él saludándome o solo diciendo el nombre falso que le di. No me lo quiero volver a encontrar. ESTOS SON LOS 10 MANDAMIENTOS DEL ENCUENTRO CASUAL.

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Extra: amigos de la infancia que recuperas metreando

Esta no es una experiencia mala, más bien, es una experiencia sumamente extraña. Me gusta ir en el vagón de atrás porque casi no hay gente y porque, cuando nadie ve, se crea un ambiente de complicidad colectiva. Esto pasa sobre todo en la mañana, cuando la hora pico lo permite. Un día de estos iba echándome miradas con un chavo y terminamos tocándonos. La cosa no terminó ahí: me vio a los ojos y me dio un beso. Se bajó en la estación siguiente y me metió un papel en el pantalón. Era su número.

Le mandé un mensaje y resultó que ya nos conocíamos. Era un excompañero de la primaria que había desaparecido en los primeros meses de clase. Al parecer, desde ese entonces le había gustado y gracias al cruising en el metro ahora somos amigos… con un par de derechos de más.

Estas son solo algunas de las experiencias extrañas y terroríficas que alguien puede vivir haciendo cruising en el metro. Recuerda, aunque esta es una práctica sumamente popular en México, esta no solo se considera una ‘falta a la moral’, sino que también es una falta administrativa que te podría llevar al Ministerio Público. Sin embargo, te lo repetimos: si tú decides continuar metreando, solo procura siempre llevar condones para no poner en riesgo tu salud.

Agradecemos a [nombre falso] por su apoyo en la realización de este artículo.

¿Cuáles son las experiencias más fuera de lo común que has vivido haciendo cruising en el metro? ¡Cuéntanos en comentarios!