Betina tuvo que dejar atrás el poco trabajo de vedette y trabajadora sexual que había para hacerse pepenadora y poder sobrevivir a la pandemia. Te contamos su historia a continuación.
El mundo tuvo grandes repercusiones negativas después de la llegada de la pandemia y México no fue la excepción. Betina, una mujer trans de 55 años, dejó la poca chamba de trabajadora sexual que tenía para hacerse pepenadora y poder sobrevivir.
Sin duda, la nueva normalidad nos ha llevado a crear nuevas maneras de subsistir, pero para quienes viven del espectáculo en centros nocturnos y del trabajo sexual, el desafío fue aún mayor. Casi nunca cuentan con servicios laborales dignos, acceso a la vivienda, préstamos o cobertura médica.
Betina habló en exclusiva con Homosensual para contarnos cómo se ha visto afectada por la pandemia y las dificultades a las que se enfrenta una mujer trans de su edad en el país.
De trabajadora sexual a pepenadora por la pandemia
A sus 55 años, Betina ya es una mujer madura, pero su experiencia como trabajadora sexual empezó desde que era muy joven, cuando tenía «como 19 años de edad». También fue vedette en centros nocturnos e incluso estuvo afiliada a la Asociación Nacional de Actores (ANDA).
Betina nos cuenta que, mientras aún tiene algunos clientes de vez en cuando, «ya no es como antes». De hecho, la situación se ha puesto tan difícil que Betina —al igual que otras mujeres en su situación— ha tenido que encontrar otras formas para poder subsistir.
«Antes de la pandemia tenía de vez en cuando algunas salidas para un show, pero al venir ese virus ya no. Las he visto muy duras. Pero, gracias a Dios, trato de buscar trabajo con unas vecinas ofreciendo limpiar sus casas de vez en cuando. Ellas me apoyan con despensa o me pagan algo. También ahora perdí la vergüenza y me voy a recoger botellas de plástico, cartón y todo lo que encuentre en la basura para reciclar y venderlo».
Su pandemia le ha dejado claro que no todo es acumular «vanidades», sino «tener qué comer y estar saludable; eso es lo primordial». CONOCE A UN CHICO TRANS QUE CONSIGUIÓ ASILO GRACIAS A TWITTER.
Betina y el duro camino a la aceptación
Betina trabajó en una panadería en la que su papá era socio desde los 14 años. Ahí, varios de los trabajadores abusaron de ella. A los 16 años de edad aproximadamente, Betina comenzó su transición. Su juventud transcurrió entre la aceptación paulatina por parte de su familia y el machismo arraigado de un padre al que le temía mucho.
«Mi papá era un hombre violento y tomaba mucho. Yo le tenía mucho miedo».
Sus amaneramientos constantes eran reprimidos cada que su padre estaba cerca. Sin embargo, su cuerpo esbelto, voz delicada y los comportamientos que transgredían la heteronorma no podían ser reprimidos para siempre. Los trabajadores que abusaron de ella la amenazaron con decirle a su padre que era un «puto» y, con todo el dolor, coraje y frustración, Betina prefirió no decir nada a enfrentarlo. CONOCE EL MANIFIESTO ‘FEMINISTAS POR LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS TRANS’.
Una historia triste y muy común
La historia de Betina es muy común entre jóvenes y niñxs trans no solo en el país, sino en todo el mundo.
LJA reporta que la tasa de violación de menores en México es de 1764 por cada 100 000, con 5000 de cada 100 000 niños que han vivido contacto no deseado. Por desgracia, muchos de ellos son cometidos por parte de «familiares y personas de confianza».
«El registro habla que una de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños han sufrido abuso sexual en el mundo, lo que en México equivaldría a cinco millones de menores».
El desafío de Betina y otras mujeres trans en México
Betina forma parte de esas miles de mujeres del país que, para generar un sustento, tiene que ser parte de la informalidad laboral y pepenar desperdicios en la basura. Aún antes de la pandemia, la informalidad y precariedad de sus empleos temporales como bailarina y trabajadora sexual eran muy evidentes. CONOCE A LA PRIMERA MUJER TRANS QUE COMPITE POR UN PODER EJECUTIVO ESTATAL.
De acuerdo con la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), solo el 47% de las mujeres en edad de trabajar forman parte de la fuerza laboral, muy por debajo del promedio OCDE de 67%.
«Más de la mitad de las mujeres mexicanas en edad de trabajar tienen empleos informales con poca o nula protección social».
El desafío que enfrentan las personas LGBT+, en especial las mujeres trans, es algo que no debemos perder de vista. En México no existe una política pública inclusiva donde no se permita marginarles y se les incluya para ser partícipes de beneficios y apoyos por parte del Gobierno. A esto agregamos las enormes cifras de trabajos informales que crea esa brecha de desigualdad social. La pandemia expuso una deficiencia laboral en el país de la cual ya teníamos conocimiento.