Si tienes amigos heterosexuales, probablemente te sentirás identificado con algunas de estas manías que a muchos gays nos tienen cansados.
Cuando los gays salimos del clóset, muchos amigos heterosexuales nos apoyan, pero también pueden tener algunas manías poco agradables e incluso invasivas. Aquí algunas de estas manías que tienen varios de nuestros amigos heterosexuales y que muy probablemente has notado.
Convertirnos en estereotipos
Para ejemplificar este punto recuerdo la vez que, estando en el trabajo, una amiga me preguntó sin pudor alguno: «Oye, tú que eres gay, ¿me puedes decir qué bolso regalarle a mi mamá?». No, no todos somos gurús de la moda ni tenemos conocimientos sobre esta.
Por supuesto, hay muchos hombres gays que sí tienen inmenso estilo y ¡bien por ellos! Pero asumir que todos los hombres gay —por el simple hecho de serlo— ya somos versados o interesados en ese tema es un estereotipo. MIRA CÓMO ESTAS CLASES DE SALSA QUEER BUSCAN ROMPER ESTEREOTIPOS.
Lo mismo ocurre cuando nos preguntan sobre maquillaje, baile, cantantes de moda, etc. Que nos gusten otros hombres no nos hace expertos en esas materias.
Preguntarnos por quién es ‘la mujer’
Aunque cada vez pasa menos, es algo que sigue ocurriendo. Apenas comenzamos a salir con alguien, algunos amigos heterosexuales tienen la manía de preguntarnos quién es ‘la mujer’ de la relación.
Si somos hombres gays, claramente no hay ninguna mujer, esa es la idea. Puede que alguno tenga ciertos rasgos asociados con lo tradicionalmente considerado femenino, pero eso no lo vuelve ‘la mujer’. Ya lo dijo en su momento Ellen DeGeneres en su propio show:
«Preguntar quién es ‘el hombre’ o quién es ‘la mujer’ en una relación entre dos personas del mismo sexo es como preguntar quién es el tenedor entre los palillos chinos».
Convertirnos en objeto de morbo e hipersexualizarnos
Esto está relacionado con el punto anterior. Algunos amigos heterosexuales tienen la manía de preguntarnos repetidamente acerca del sexo gay. Es normal sentir curiosidad, pero tanta obsesión por nuestra intimidad puede llegar a ser molesta.
Seamos realistas: hay muchísima información en internet, además de que también hay innumerables sitios porno donde podrían resolver sus dudas. Que nos estén preguntando todo el tiempo acerca de cuánto, cuándo y cómo tenemos relaciones sexuales puede ser bastante molesto. Muchos amigos heterosexuales tienen la manía de hipersexualizarnos y pensar que toda nuestra vida gira alrededor del sexo o de ser gays. MIRA POR QUÉ USAMOS LA PALABRA ‘BUGA’ PARA REFERIRNOS A LOS HETERO.
«Saca las amigas, ¿no?»: algunos heterosexuales
Es frecuente que las mujeres para protegerse del acoso decidan tener amigos gays. Esto podría explicarse por la necesidad de sentirse más seguras ante la terrible realidad de la violencia que experimentan. Y claro, esto lo ven algunos amigos heterosexuales como una oportunidad para ahorrarles el trabajo de ligar, lo cual es una manía muy molesta.
No, Juan: que tengamos amigas no nos convierte en sus representantes ni es nuestra obligación presentártelas. Queridos amigos heterosexuales: abandonen esa manía de pensar que estamos para presentárselas. Si ellas nos buscan es porque probablemente se sienten más seguras con nosotros.
Tratarnos como si fuéramos mascotas es una de las manías que tienen algunos ‘amigos’ heterosexuales
Una de las manías más recurrentes que identificamos algunos gays con respecto a varios de nuestros amigos heterosexuales es que nos tratan como mascotas. Con cierta ternura nos ven y nos dicen: «Awww, yo siempre quise un amigo gay». Lo expresan como si fueran a adoptar un perrito. MIRA CÓMO LAS MASCOTAS AYUDAN A LA SALUD MENTAL DE PERSONAS LGBT+.
Pero la cosa no se detiene aquí: algunos amigos heterosexuales —tanto hombres como mujeres— tienen entre sus manías querer presentarnos a otros gays. No, no somos mascotas gays a las que puedas ‘cruzar’. Somos perfectamente capaces de buscar nuestras propias relaciones.
La figura del ‘pet homosexual’ incluso se ve reflejada en la TV o el cine, donde una protagonista mujer tiene un mejor amigo homosexual. No, no somos mascotas o accesorios, somos personas sintientes.
