Si eres gay probablemente en algún momento has sido o serás víctima de etarismo o discriminación por edad. Este es un tipo de violencia tan sutil que hemos normalizado. También es probable que tú lo hayas ejercido.
El etarismo y la discriminación por edad en la comunidad gay están presentes en diferentes ámbitos: desde cosas aparentemente inofensivas —como el humor— hasta la abierta exclusión. Es una forma de violencia que generalmente pasa desapercibida, pero de la que es importante hablar para no seguir incurriendo en ella.
Conocido en inglés como ‘ageism’, el etarismo incluye todos los estereotipos y formas de discriminación por edad. Aunque suele estar asociado a personas mayores, estos estereotipos y discriminación también podrían aplicarse a personas percibidas como ‘demasiado jóvenes’.
¿Te suena el «no viejos, porfa»?
Una de las primeras formas en las que se puede expresar el etarismo o discriminación por edad en la comunidad gay se da en cosas tan cotidianas como el ligue. En Grindr es usual poner una serie de requisitos que no solo incluyen cuerpos ejercitados, sino también el clásico «no viejos».
Es importante acotar que nadie puede obligar a una persona a que se sienta sexualmente atraída por alguien que no es su tipo. Sin embargo, en la manera de expresarlo está la clave. Frases como «no viejos» son violentas y francamente innecesarias. LEE ESTAS 3 COSAS QUE APRENDÍ CUANDO DEJÉ DE SER ‘DISCRETO Y VARONIL’.
Pero este problema no solo viene por parte de usuarios, sino de la misma aplicación. En su descripción usa la frase «conoce chicos» (find guys, si lo buscas en inglés). Que la misma app use un lenguaje orientado a la gente joven es una muestra de cómo el etarismo o discriminación por edad entre la comunidad gay es muy sutil.
Ausencia de representatividad y espacios de socialización
Ser un adulto mayor en la comunidad LGBT+, particularmente en los hombres gay, es un asunto del que se suele hablar poco. Como DJ que ha trabajado en una gran cantidad de antros, desde mi experiencia he visto cómo estos espacios suelen estar pensados para la gente joven.
Cuando una persona percibida como mayor acude a un antro suele ser objeto de cuchicheos o miradas. En una ocasión pude observar cómo a un adulto mayor le negaron el acceso bajo el famoso ‘derecho de admisión’, que por cierto es ilegal. Esto no es la regla, pues no conozco todos los antros gay. Pero sí he visto escenas etaristas repetirse una y otra vez durante los 11 años que llevo laborando.
Son los mismos antros los que usualmente ponen en su publicidad a hombres de belleza hegemónica: blancos, ejercitados y, por supuesto, jóvenes. Es muy raro encontrar alguna pieza publicitaria que incluya a hombres mayores. El ideal de la juventud deviene en un grave problema de etarismo y discriminación por edad entre la comunidad gay. MIRA CÓMO EL IDEAL POR LOS CUERPOS PERFECTOS NOS ESTÁ DAÑANDO.
Fetichización de los ‘hombres maduros’
Una práctica que solemos tener arraigada algunos hombres gays es la de solo pensar en los hombres maduros desde la perspectiva del fetiche. Los hombres adultos mayores son mucho más que parte de un imaginario de fantasías. Son personas sintientes.
Por otro lado, está también la figura del ‘sugar daddy’. Al hombre mayor se le suele percibir como un proveedor de dinero, objetos materiales o estatus. Aquellos que por la precarización laboral no cumplen con este rol de proveedores pueden llegar a ser objeto de burla.
«Ya siéntese, señora», un chiste que muestra el etarismo y la discriminación por edad en la comunidad gay
Hace tiempo se volvió popular la frase «ya siéntese, señora», que a pesar de ser humorística es un ejemplo de cómo estas violencias etaristas pueden ser sutiles. Esta frase alude a una persona mayor que ‘ya no está en edad’ de hacer cierta clase de cosas. CHECA LOS MOMENTOS MÁS HOMOFÓBICOS DE LAS PELÍCULAS DE ADAM SANDLER.
Esta frase, además de etarista, es abiertamente misógina. Ya solamente el fraseo de ‘señora’ y no ‘señor’ nos habla de este problema de misoginia. El etarismo, como muchas otras formas de discriminación, es interseccional. En este caso, la discriminación por edad en el ambiente gay se interseca con la misoginia.
Esto se expresa en algunas violencias que podemos ejercer contra las mujeres. A Madonna, por ejemplo, algunos gays la critican porque «ya no está en edad de mostrar su cuerpo». ¿Las mujeres tienen una fecha de caducidad? ¿Existe un número mágico —o maldito— a partir del cual ya no se pueda expresar la sexualidad o simplemente divertirse?