viernes, marzo 29, 2024

Caster Semenya: atleta que debió estar en Tokio 2020

Por más de 10 años, la atleta intersexual y lesbiana Caster Semenya ha tenido que hacer frente a la violencia en el ámbito deportivo.

La ausencia de la medallista olímpica y atleta sudrafricana, intersexual, lesbiana y especialista en la prueba de 800 metros Mokgadi Caster Semenya (7 de enero de 1991) en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 es una de las mayores injusticias en la historia del deporte. La capital japonesa pudo haber sido la tercera victoria olímpica para la atleta sudafricana. Sin embargo, la World Athletics (anteriormente conocida como la Federación Internacional de Atletismo Amateur) le dio la espalda. Aunque fue hasta 2018 que se modificaron los criterios de competencia, Caster Semenya lleva más de una década luchando contra la discriminación en el deporte.

¿Quién es Caster Semenya?

Caster Semenya es una de las atletas que ha demostrado que las niñas peleamos, corremos y ganamos. Históricamente, los deportes se han visto como un sector exclusivo para los varones. La participación de las mujeres en el atletismo estuvo prohibida por 32 años.

A pesar de que en 1928 se demostró que las mujeres también tenemos la capacidad y disciplina para recorrer 800 metros a alta velocidad, la prueba se reservó para los hombres algunos años más. Fue hasta los Juegos Olímpicos de Roma (1960) que las mujeres recibieron la autorización para entrar al campo. Roberta “Bobbi” Gibb, 6 años después, se convirtió en la primera mujer en ganar un maratón.

Al igual que muchas chicas inspiradas por atletas poderosas, desde muy pequeña Caster Semenya supo que dedicaría su vida al deporte. A los 8 años soñaba con salir victoriosa de los campeonatos mundiales. Entrenaba y era aplaudida como la corredora más veloz de la provincia en la que creció: Limpopo, República de Sudáfrica.

Al cumplir los 17 años, Caster Semenya participó en los World Junior Championships in Athletics. En ese entonces ya contaba con una medalla de oro en los 800 metros llanos. Esta victoria fue de los acontecimientos más importantes de los Commonwealth Youth Games.

La promisoria carrera de Caster Semenya como atleta profesional quedó clara con sus triunfos en los African Junior Championships, competencia en donde su velocidad fue considerada como récord mundial. Para 2009, Caster Semenya fue aplaudida como una leyenda del atletismo. Las celebraciones y los recordatorios de admiración aumentaron con su conquista en el Campeonato Mundial de Atletismo de Berlín.

2009, un año bastante paradójico para Caster Semenya

Al ser una atleta lesbiana e intersexual, Caster Semenya se convirtió en una leyenda para quienes crecieron fuera de la heteronorma y el binarismo de género. Aunque en 2009 la corredora tuvo importantes momentos de gloria, ese año empezaron a destaparse las actitudes más misóginas, racistas e injustas contra ella.

Dudosos de su capacidad, representantes de la World Athletics la obligaron a someterse a un sinfín de pruebas antidoping. Los constantes atropellos a su privacidad, dignidad y salud mental le impidieron participar en competencias por poco más de un año.

Para poder competir en el Campeonato Mundial de Atletismo de Berlín, Caster Semenya fue sometida a un test de sexo. A Caster nunca se le comunicó cuáles eran los objetivos de la prueba.

En ese periodo, la condición física de Caster Semenya se volvió un motivo de discriminación. Caster Semenya tiene hiperandrogenismo. Es decir: su cuerpo registra altos niveles de testosterona. Desde el punto de vista de las autoridades deportivas, el hiperandrogenismo le colocaba en una posición ventajosa respecto a las otras competidoras.

Desde entonces, la atleta lesbiana e intersexual Caster Semenya se enfrentó a muchas condiciones. Si de verdad quería seguir participando, tenía que ponerse parches para reducir los niveles de testosterona.

caster semenya atleta olímpica
Para poder participar en las Olimpiadas de Londres y Río de Janeiro Caster tuvo que enfrentarse a la medicalización. / Foto: Instagram (@castersemenya800m)

En los Juegos Olímpicos de Londres (2012) y Río de Janeiro (2016), la comunidad internacional del deporte aplaudió sus triunfos como medallista, pero calló la vulneración de sus derechos humanos. Al respecto, es fundamental subrayar que la violencia no solo vino por parte de la World Athletics. La obligatoriedad de la medicación de Caster Semenya también fue avalada por el Tribunal de Arbitraje Deportivo.

Su ausencia en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 demuestra qué tan injusto y discriminatorio es el mundo deportivo

Los años siguientes continuaron como terreno fangoso para Caster Semenya. Sin embargo, nunca desistió de formar parte de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Continuó entrenando y demostrando por qué es importante que las niñas y adolescentes crezcan con la idea de que las atletas intersexuales y lesbianas pueden ser campeonas mundiales.

Desafortunadamente, la discriminación se interpuso en su carrera. Al igual que con la atleta olímpica Dutee Chand, las autoridades deportivas obligaron a Caster Semenya a medicarse u operarse para así hacer que bajaran sus niveles de testosterona. De no acceder, tendría que adecuarse a las condiciones impuestas por la World Athletics.

Si no estaba dispuesta a seguir la normativa, únicamente tendría oportunidad de participar en las especialidades que van desde los 400 metros hasta los 1609 metros como máximo. Otra de las opciones es que, para estar presente en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Caster Semenya tendría que competir contra los hombres. Al respecto, durante una entrevista Semenya comentó lo siguiente:

«Soy una mujer que toma sus propias decisiones y no voy a cambiar por ningún hombre».

Ella debió estar en la Villa Olímpica con las demás competidoras

La hostilidad en su contra no solo generó enfado entre las y los seguidores de la atleta. Incluso la Comisión para la Igualdad de Género y la Comisión de Derechos Humanos de Sudáfrica señalaron que las medidas tomadas por la comunidad deportiva son un evidente ataque hacia los derechos humanos. En su comunicado de septiembre de 2020 ambas instancias también expresaron que la decisión ponía en riesgo la representación de las mujeres negras en el atletismo.

«La implementación de las regulaciones de selección femenina niega a las atletas con variaciones en las características sexuales el derecho a participar en deportes. Por tanto, viola el derecho a la no discriminación de maneras más amplias. Los enfoques actuales para regular la participación femenina tienen un impacto negativo en el goce de los derechos humanos. Estos pueden equivaler a la negación del derecho a la no tortura».

A pesar de que la atleta lesbiana e intersexual Caster Semenya contó con el apoyo de mucha gente, no logró estar entre las competidoras de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. No obstante, tiene muy claro que continuará siendo una figura referente para las infancias.

¡Pelea como Caster Semenya!

Es cierto, Caster Semenya se enfrenta a uno de los ámbitos más misóginos, binarios y hegemónicos. Pero no está sola. En esta lucha la acompaña su esposa Violet Raseboya, su hija y un/a tercera integrante de su familia. Así es, Caster Semenya es una de las deportistas que reivindican las lesbomaternidades.

Caster Semenya lesbiana hija Violet Raseboya
Violet Raseboya (izquierda) y Caster Semenya (derecha) con su hija / Foto: Nadia Bezuidenhout

Detrás de cada televisión hay una niña que leyó Qhawe! Mokgadi Caster Semenya y que, como la escritora Nokuthula Mazibuko Msimang, asegura que Caster Semenya es una heroína. Quizá no vimos a Caster Semenya en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pero sin duda es una de las atletas que nadie ha podido alcanzar.

¿Ya conocías la historia de Caster Semenya, atleta lesbiana e intersexual que fue excluida de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020?

Con información de Luchadoras, El correo, El confidencial, ESPN Deportes, Gobierno de Sudáfrica y El Diario

Ana Flores
Ana Flores
she/her/they/ellæ. Escribo sobre diversidad sexual, justicia reproductiva y movimientos sociales.

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