jueves, marzo 28, 2024

Razones por las que no visitas a tu familia de provincia

No tienes que aguantar a tu familia tóxica solo porque comparten sangre. Te damos 5 razones completamente válidas para no visitar a tu familia de provincia.

Como persona LGBT+ de provincia, una cosa es recordar las calles donde creciste, tus amigos, los juegos, las tienditas, las fiestas familiares y los campos abiertos, y otra cosa muy diferente es pensar en tu adolescencia y recordar todos los malos ratos y momentos incómodos que tu familia de provincia te hizo pasar cuando empezó a notar que eras LGBT+.

Por eso, ahora que tienes un poco de independencia, es muy probable que casi no frecuentes a esa familia. Tu mamá te puede reclamar lo que quiera, pero estas son 5 razones completamente válidas y sanas por las que ya no visitas ni visitarás a tu familia de provincia.

Para no salir del clóset una y otra y otra vez

Ya saliste del clóset con tus papás, tus hermanos, tus abuelitos, tus amigos e incluso algunos de tus tíos y primos. Sin duda alguna, pasar por este proceso te llevó un largo tiempo y esfuerzo. Por eso, tener que salir otra vez con tus primos lejanos, tus tías abuelas y quién sabe cuántas personas más que realmente no te conocen, no es lo que más se te antoja hacer durante las vacaciones y días libres del trabajo o la escuela.

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Para evitar peleas

Estás cansado y estás harta de tener que lidiar con gente que solo pelea sin escucharte porque piensan que te pueden cambiar. O que te critican por cómo te vistes o cómo hablas o por el simple hecho de que eres gay o lesbiana o bisexual o pansexual o queer o trans. Si ya encontraste una comunidad llena de amor, comprensión y apertura en otra ciudad, es muy difícil que quieras regresar con tu familia tóxica que siempre te causa corajes.

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Para no fingir llevarte bien con tus agresores

«¡Pero son tus tíos/primos/abuelos!», te reprocha tu mamá. Y sí, son esos mismos que cuando eras pequeño te gritaban por ser afeminado o que te decían que nunca conseguirías marido si eras así de marimacha.

Son esos familiares que ahora que te ven tienen demasiada pena para decirte algo. Te sonríen y te preguntan cómo te ha ido en la ciudad y hacen como si no te hubieran hecho pasar un infierno por algo que todavía no aceptan de ti. Definitivamente no necesitas a nadie así en tu vida.

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Para no tener que esconderte

Sabes que hay algunos de tus familiares que definitivamente nunca podrán aceptar lo que eres. Mucho menos tratarte bien si se llegan a enterar. Pero ya saliste del clóset, y tener que regresar a esconderte solo por algunas personas no vale la pena. Por eso dejas de verlos, porque regresar al clóset siquiera por unos días es dejar vencer al odio y la intolerancia que te han perseguido siempre.

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Para prevenir intentos de exorcismo

Para algunas tías no es suficiente hacerte las preguntas incómodas de siempre. Ya saben que no quieres tener hijos ni casarte (al menos no con alguien del sexo opuesto). Entonces, casualmente, esas tías empiezan a hablar de la palabra de Dios. Te cuentan de lo que dice la Biblia. Y, con mucho amor y de la manera más considerada que tienen, te dicen que te irás al infierno si no escuchas a las escrituras. Dejarlas en paz es la mejor estrategia para que a ti también te dejen existir. CONOCE LOS MOMENTOS DIVERTIDOS E IRÓNICOS DE SER UN MONAGUILLO GAY.

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El simple hecho de no poder ser tú mismo mientras estés con ellos debería de ser razón suficiente para dejar de ver a tus familiares homofóbicos. Sin embargo, muchas veces el discurso sobre la familia y la idea de que «nos tenemos que apoyar siempre porque tenemos la misma sangre y el mismo apellido», nos lleva una y otra vez a seguir visitando a nuestra familia de provincia. Esto a pesar de que cada vez sea un martirio hacerlo.

Ya no fuerces tus límites. Mejor, cuando tu mamá quiera que vayas a alguna reunión llena de tus tías católicas, dale estas 5 razones por las que ya no piensas visitar a tu familia de provincia. De una vez por todas, deja atrás todos esos lazos familiares tóxicos que solo te hacen sentir mal.

Ustedes, homosensuales, ¿por cuál de todas estas razones dejaron de visitar a su familia en provincia?

Yet Akatzin Almazán
Yet Akatzin Almazán
Literata, volátil, y distraída, todo al mismo tiempo. Toco el bajo en mis ratos libres y soy malabarista cuando no hay dinero. Escribo cuentitos a veces. Tengo una morrita bien chida y por eso la presumo. Las ganas de darle un buen futuro a nuestros 11 gatos es lo que (a veces) me levanta en las mañanas.

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