Momentos incómodos de una bisexual con amigas lesbianas

Si eres la única bisexual en tu grupo de amigas lesbianas, tal vez hayas vivido alguno de estos momentos incómodos.

Como mujer bisexual, en más de una ocasión he pasado un par de momentos incómodos con mis amigas lesbianas, con quienes he marchado innumerables veces. Las quiero y las admiro.

Sin duda, los feminismos nos han ayudado a construir y mantener vínculos afectivos mucho más sanos. Sin embargo —ni bisexualas, ni lesbianas, ni feministas— estamos exentas de cagarla y hacer comentarios hirientes, embarazosos y —en este caso— bifóbicos. ENTÉRATE DE QUE LAS MUJERES BISEXUALES EXISTIMOS Y RESISTIMOS.

Con cariño para ti, chica bisexual, que tienes grupos de amigas lesbianas

Aunque la sección bi siempre está abierta para quien la necesite, el día de hoy le hablo (bueno, escribo) a las morras que son las bisexualas entre su grupo de amigas lenchas.

Hagamos un ejercicio de honestidad (y desahogo, si así se desea): ¿cuántas veces has sentido que no puedes hablar de tus relaciones sexoafectivas sin sentirte juzgada o culpabilizada? ¿En algún momento los ‘consejos’ de tus amigas han negado tu disidencia sexual? ¿Has llegado a pensar que te estás autoengañando respecto a tus atracciones, afectos y prácticas sexuales? ¿Abandonaste alguna conversación por temor a salir de pleito con tus amigas lesbianas?

clóset bisexual lgbt
Activistas bisexuales durante una manifestación en Madrid / Foto: Alas A Coruña

Si al leer estas preguntas asentiste con la cabeza, apretaste los labios o simplemente suspiraste, te aseguro que no eres la única. Te comparto algunos momentos incómodos que he pasado al ser la bisexual entre mis amigas lesbianas. CONOCE QUÉ SON LAS LENCHITUDES.

«Neta no entiendo qué pedo contigo, wey»: frase incómoda de amigas lesbianas a una chica bisexual

Es cierto: entender la bisexualidad no es tan sencillo; explicarlo tampoco lo es. No es una cuestión de chelear y decir «me gustan tres mujeres y tres hombres» o «de lunes a miércoles salgo con mi novia y de jueves a domingo con mi novio». Como bisexual, no solo nos enfrentamos al discurso heteropatriarcal. Uno de nuestros mayores retos es hacerle frente a la hegemonía del pensamiento binario excluyente.

No olvides que la deconstrucción es personal y lleva tiempo. #FriendlyReminder: eso no justifica las agresiones, mucho menos cuando le dijiste a ese alguien que sus frases, ‘bromas’ u ‘opiniones’ te lastiman.

«Es que tú siempre has sido bien ‘rara’, inestable e indecisa»: eso han opinado mis amigas lesbianas acerca de que soy bisexual en incómodos momentos

No, las bisexuales no somos una ‘especie rara’ dentro y fuera del colectivo LGBT+. Existimos y resistimos. Una de las particularidades de nuestra lucha e identidad es que no tenemos una práctica sexual en específico.

Tampoco somos inestables; somos dinámicas. Eso no significa que ‘no estamos seguras’ de nuestras decisiones. Posiblemente, en alguna ocasión —’bajita’ la mano— te han ‘aconsejado’ «solucionar tus issues para comprometerte afectivamente».

No explotes a la primera. El discurso bifóbico está muy bien construido. En algún momento, todas las personas (sí, incluso bisexuales) nos hemos cachado este tipo de comentarios y pensamientos. Se llama bifobia interiorizada.

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«La luna tiene fases, la bisexualidad no». Decir que la bisexualidad es una fase es un ejemplo de monosexismo. / Foto: Medium

«Yo creo que eres lesbiana, pero ‘algo’ te detiene a asumirlo»: eso me dijo una de mis amigas lenchas

Cuando salí del clóset bisexual llevaba tres años en una relación con una mujer. Por supuesto, compartir asuntos respecto a mi novia nunca fue un problema para mis amigas lesbianas. La incomodidad surgió al momento de platicarles sobre mis experiencias con compañeros del trabajo o la escuela.

Desde su punto de vista esos vínculos «eran irrelevantes». En varias pláticas me aseguraron «que era lesbiana, pero solo le estaba ‘haciendo al cuento’ con mis ‘intentos fallidos’ de salir con vatos». La ‘broma’ recurrente era:

«Tú eres lencha. Estás enamorada de [nombre de la susodicha]. Tengo pruebas. Jamás te he visto con un hombre. Así que ya déjate de pendejadas».

El gaslighting no solo lo hacen nuestras parejas. Las amistades también pueden caer en ese tipo de violencia.

«Tú tienes la culpa por seguir relacionándote con vatos»: ¡auch!

No voy a negarlo: en este trip me he topado con vatos bien trashy. Contrario a lo que pueden intuir con mi apertura en este texto, la verdad es que soy una persona bastante reservada (sobre todo respecto a mis vínculos sexoafectivos).

Sin embargo, hubo un par de ocasiones en las que abrí mi corazón bisexual y compartí con mis amigas lesbianas algunas experiencias —no tan agradables—.

Más de una vez me sentí culpable, ya que muchos ‘consejos’ cayeron en el discurso patriarcal de «fue tu decisión relacionarte con hombres, a pesar de que ya sabes cómo son».

«¡No seas cuida pitos!»: ¡uff!

Lo sé, es difícil asumirte como bisexual en los tiempos del ‘alesbiánate, morra’. Si bien el feminismo ‘radical’ me cobijó durante muchos años, hay premisas y prácticas con las que nunca me sentí chida. ESTAS SON LAS COSAS QUE DEBES SABER DE LAS MUJERES SÁFICAS.

Como mujer feminista anticolonial, bisexual y transincluyente, el momento más incómodo que pasé entre mis amigas lesbianas fue cuando me llamaron «amante y protectora del falo» en sus múltiples presentaciones lingüísticas.

Al principio, las variantes de llamarme «cuida pitos» me causaron mucha gracia. Después, me sentí mal porque entendí el entrelíneas de sus ocurrencias. Para ciertas personas, ser bisexual es «hacerle la chamba al patriarcado» y «obtener beneficios del sistema que nos oprime». No hay nada más falso que eso.

Querida bisexual, al expresar tus deseos y validar tus afectos no estás siendo ‘tibia’. No eres una «feminista hipócrita» y tampoco «pactas con el patriarcado». Ew, who would like to?

¿Has pasado por alguno de estos momentos incómodos como mujer bisexual con amigas lesbianas?

Texto de Ana Flores

Redacción Saficosmos
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